Fundamentos de una economía de mercado
Ernesto Selman
Vicepresidente del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), República Dominicana.


Extractos de artículo publicado en la columna del autor "Economía de Mercado" en la revista Forbes República Dominicana.  Edición de julio, 2014.

 

La historia demuestra que la economía de mercado es el sistema económico que trae mayor progreso y mejor calidad de vida para la especie humana. Hasta los últimos doscientos años, el ser humano vivió en pobreza y servidumbre, con excepción de los gobernantes (monarcas) y sus aliados privilegiados. El conflicto era la norma para acceder a recursos limitados para producir y consumir. En el siglo XIX se inició el proceso más acelerado de progreso humano que se conoce en la historia de la humanidad debido al surgimiento de la economía de mercado. A raíz de ese progreso, las masas han tenido acceso a bienes y servicios que nunca disfrutaron los más acaudalados monarcas de siglos anteriores. Aunque sufrió reveses en el siglo XX, el avance de la economía de mercado no se ha detenido. ¿Cuáles son los pilares que han permitido el avance de ese sistema económico?    

 

Derechos individuales

Cuando Juan Pablo Duarte, entre otros, se refería a los requisitos de una sociedad libre indicaba que el Estado debe garantizar los derechos a la vida, libertad, honor y propiedades individuales. Se planteaba un sistema político sustentado en una Constitución y leyes que pudieran proteger esos derechos individuales. De esa forma, el conflicto se convierte en asociación e intercambio pacífico y voluntario dado que se reconocen derechos de propiedad de cada quien. La economía de mercado surge, entonces, a partir de un sistema político que protege y garantiza jurídicamente los derechos individuales: a lo que llamamos Estado de Derecho.

Muchos economistas, políticos y comentaristas asumen que la economía de mercado se puede imponer sólo tomando medidas económicas de corte liberal, al tiempo que se trata de mantener un sistema de privilegios donde unos tienen más derechos sobre otros; esto es insostenible y no representa una economía de mercado real. La economía de mercado sólo puede florecer donde los derechos a la vida, libertad, honor y propiedades de cada miembro de la sociedad están garantizados. Es sólo bajo un Estado de Derecho que prospera, espontáneamente, la economía de mercado.

 

Papel del Estado

Muchos son los roles que han asumido los gobiernos que terminan descuidando las funciones principales del Estado, convirtiéndolo en estructuras costosas y burocráticas que responden a los intereses de funcionarios de turno y no de los ciudadanos. En el caso dominicano, las funciones más básicas del Estado se realizan con muchas deficiencias. El Estado se ha convertido en empresario, en protector de monopolios y privilegios de unos pocos a expensas de la mayoría y en proveedor de servicios básicos de muy mala calidad. Los ciudadanos deben adquirir esos mismos bienes y servicios en el mercado por esas fallas del Estado, aún cuando han pagado impuestos para esos fines. Por acción u omisión, el Estado se convierte en violador de derechos de ciudadanos cuando no cumple sus funciones.

Las funciones más básicas del Estado deben ser consistentes con garantizar los derechos individuales para que cada quien pueda alcanzar sus sueños, siempre y cuando no viole los derechos de terceros. Entre las funciones más básicas de un Estado de Derecho podemos citar: garantizar derechos de propiedad y contratos equitativamente, cumplir y hacer cumplir consistente la Constitución y leyes que protejan los derechos y libertad de ciudadanos, proveer de cortes ágiles e independientes de intereses políticos y económicos, garantizar una moneda sana y con respaldo real, proteger a ciudadanos contra entes antisociales y promover la competencia en los mercados para resguardar intereses económicos de todos (consumidores). 

 

Caso dominicano

En la República Dominicana no ha surgido una verdadera economía de mercado porque no se ha establecido un Estado de Derecho pleno. Con un orden institucional débil, la discrecionalidad, corrupción e impunidad juegan un rol importante. Ese ambiente institucional promueve los buscadores de rentas que ofrecen cualquier cosa al Estado bajo términos preferenciales. Así, muchas decisiones económicas están dictadas por intereses políticos y económicos particulares a expensas del resto. El ambiente de negocios que surge no puede denominarse economía de mercado, sino capitalismo de Estado o de amiguetes. La economía de mercado sólo puede progresar bajo un verdadero Estado de Derecho donde el marco regulatorio facilita el intercambio pacífico y voluntario entre personas bajo el principio de equidad ante la ley.
 

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