Corneta, toca al degüello
Pedro Corzo
Periodista de Radio Martí.
Así podría entenderse la advertencia de Nicolás Maduro de que el país
seria gobernado por una junta cívica militar si el chavismo no triunfa en los
comicios legislativos de diciembre, o si la oposición reclama la victoria que
pronostican todas las encuestas.
El alarido de Maduro obliga a evocar aquellas cargas de caballería en las que jinetes con sables o machetes en mano, avanzaban para destrozar las tropas enemigas, calificativo con el que el chavismo identifica a quienes no son incondicionales a sus propuestas.
La radicalización del despotismo electoral venezolano, como califica el ciclo que está dispuesto a inaugurar, significaría el establecimiento de un estado policial, asesorado por el gobierno castrista, y controlado por una cúpula de militares corruptos que superarían en crueldad las dictaduras castrenses que padeció el hemisferio el pasado siglo.
Ellos son conscientes que estar fueran del gobierno es sinónimo de
prisión, de escarnio público y pérdida de las fortunas amasadas con las
riquezas despojadas al pueblo. Tendrían que responder por asesinatos,
violaciones a los derechos humanos, robos y malversaciones masivas, pero
fundamentalmente por el daño moral que el régimen ha infringido a la nación.
Estas aseveraciones del máximo jerarca del chavismo demuestran que se
está despojando de su muy raído y descolorido disfraz de democracia. La
dictadura institucional venezolana está presta a mutar a una dictadura militar
que preserve los privilegios y bienes de quienes integran el gobierno, también los
de los millonarios que crecieron a su sombra.
Las advertencias de Maduro no deben tomarse como un alarde o estallido
de impotencia sin otras consecuencias. Temen, y el miedo puede conducirlo a las
mayores tropelías, de ahí la afirmación de que "Venezuela entraría en una
de las más turbias y conmovedoras etapas de su vida política…de que ellos no
entregarían la revolución, y que esta pasaría a una nueva etapa".
Tal y como hicieran otros depredadores que le precedieron en la
historia, Adolfo Hitler, José Stalin y Fidel Castro, Maduro, intenta
identificar su gobierno con el estado, mientras él se considera la
encarnación de la nación. Este iluminismo es nefasto, porque aparte de los que
usufrutuan el poder que batallaran por salvaguardar sus intereses, nunca faltan
los tontos útiles que al creerse el cuento de la patria amenazada se
transforman en lobos que devoran a sus semejantes por el simple motivo de que
no aúllan con la misma intensidad que ellos.
El chavismo ha sido muy efectivo en estimular la crispación social y
la inseguridad pública. La impunidad con la que actúan la delincuencia ha sido
útil al gobierno para difundir con mayor intensidad el sentimiento de
indefensión que padecen amplios sectores de la ciudadanía.
La criminalización de la oposición en general al acusarla de golpista
o de conspirar con factores extranjeros para derrocar el régimen, no deja de
ser una gran mentira que en base al control que ejercen sobre el sicariato
judicial, tiene la capacidad para neutralizarla.
La oposición enfrenta numerosas amenazas. Los chacales están prestos
para atacar, en consecuencia deben estar alertas y listos para tomar la
iniciativa.
Los líderes de la oposición corren grandes riesgos. Los retos a cumplir son más complejos mayores, porque tiene la oportunidad de marcar pautas sobre las estrategias a desarrollar para enfrentar con éxito una dictadura ideológica.
Deben estar bajo alerta permanente. Obligar al régimen a reaccionar, una situación sin precedentes en las oposiciones que han enfrentado regímenes populistas. La presión pública, la acción cívica, despertar la esperanza y confianza en la victoria y una total disposición a defenderla, son fundamentales porque esta puede ser la última oportunidad para que la democracia retorne al país.
Los líderes de la oposición corren grandes riesgos. Los retos a cumplir son más complejos mayores, porque tiene la oportunidad de marcar pautas sobre las estrategias a desarrollar para enfrentar con éxito una dictadura ideológica.
Deben estar bajo alerta permanente. Obligar al régimen a reaccionar, una situación sin precedentes en las oposiciones que han enfrentado regímenes populistas. La presión pública, la acción cívica, despertar la esperanza y confianza en la victoria y una total disposición a defenderla, son fundamentales porque esta puede ser la última oportunidad para que la democracia retorne al país.
Buscar la unidad en la diversidad es fundamental para triunfar, vital
para sobrevivir. Deben trabajar con audacia y determinación, los riesgos son
inevitables pero si dejan de asumirlos, la derrota está asegurada. Maduro lo ha
dicho, afirma tener un plan "anti golpe" que garantiza su
victoria electoral, aunque la mayoría del electorado vote en contra de proyecto
que auspicia.
No obstante es el pueblo el principal protagonista, porque es a fin de cuentas, quien asume la decisión de enfrentar los peligros que impongan las circunstancias, si se quiere seguir siendo ciudadano.
No obstante es el pueblo el principal protagonista, porque es a fin de cuentas, quien asume la decisión de enfrentar los peligros que impongan las circunstancias, si se quiere seguir siendo ciudadano.
La oposición debe incentivar la conciencia ciudadana. Hacer sentir en
cada individuo la importancia de vencer sus propios miedos para así poder
cumplir con el deber de preservar sus derechos y los de sus hijos, de lo
contrario, se transformarían en una masa que moldeara el régimen en base a sus
intereses y que utilizara a su exclusiva conveniencia.
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