Cambiemos: Una propuesta concreta para Macri

Rogelio López Guillemain
Autor del libro "La rebelión de los mansos", entre otras obras. Médico Cirujano. Especialista en Cirugía Plástica. Especialista
en Cirugía General. Jefe del servicio de Quirófano del Hospital Domingo Funes,
Córdoba. Director del Centro de Formación de Cirugía del Domingo Funes
(reconocido por CONEAU). Productor y conductor de "Sucesos de nuestra
historia" por radio sucesos, Córdoba.
Cifras record de pobreza, de deserción
escolar, de inseguridad, de presión impositiva, de corrupción y de dependencia
del estado;cifras típicas de los países más atrasados del planeta, peropresentes
en un país rico y con todas las posibilidades.
Esta es la realidad de nuestra Argentina.
La
batalla moral contra los delincuentes (los de la
calle, los de guantes blancos y los del estado) parece mostrar algún gesto de
activación, solo un guiño minúsculo que el tiempo nos dirá si es real o si solo
se trata de otra mentira como en el truco.
La
batalla política, aquella que promueva un cambio
ideológico más cercano a la posición política que presentan TODOS LOS PAISES
DESARROLLADOS DEL MUNDO; es imposible de llevar adelante si no se vence antes
en la batalla cultural.
En nuestra patria, la cultura del trabajo, del
esfuerzo y del mérito, han sido desterradas por la cultura del subsidio, del
facilismo y por la justificación de la necesidad.
Dicen que “a los locos hay que correrlos para
el lado que disparan” y si bien muchos en Argentina padecen de viveza criolla y
no de locura, creo que estedicho encierra en sí una propuesta.
¿Qué pasaría si, en lugar de regalar miles de
millones de pesos en 80.000 nuevos ñoquis, en subsidios y en planes descansar;
el gobierno aprovechase los millones de hectáreas de tierras fiscales ociosas
que hay en el interior y las pusiera a producir?
¿Qué pasaría si el gobierno organizase estas
tierras en unidades productivas suficientes, dotándolas de agua, formando,
asesorando al que acepte el reto y brindándole todo lo necesario a quien quiera
ser productivo en lugar de un zángano?
Quizás podría tener un formato similar al de
las enfiteusis de la época de Rivadavia (el miedo sería que los políticos hiciesen
lo que mejor saben hacer, robar), cubriendo los gastos del estado con parte del
producto y los beneficios extras reservados para los trabajadores.
Quizás incluso, luego de varios años, tal vez
en un par de décadas, los neo-granjeros pudiesen comprar estos terrenos (sin
que los políticos hagan lo mismo que hizo Rosas con la enfiteusis de
Rivadavia). Quizás funcionase.
Un beneficio extra sería que, quienes
verdaderamente quieren salir adelante y se encuentran rodeados de un contexto
desfavorable y presionados por su entorno social, pudiesen encontrar una
salida; y de este modo podríamosver quien quiere trabajar y quien no, podríamos
“separar la paja del trigo”.
Esta propuesta dista enormemente de mi
ideario de país. Pero en las condiciones
actuales, no veoni siquiera en el horizonte lejano, la más mínima posibilidad
de llevar adelante un proyecto político respetuoso de las libertades y de los
emprendimientos individuales.
La burocracia reinante se ha acostumbrado a
vivir a costa de quienes producen; los esclavos sin cadenas, que entregan su
dignidad por el chori y la coca, no parecen dispuestos a dejar su zona de
confort y lo peor es que los ciudadanos que trabajan con honestidad y
dedicación por un mejor futuro y por un país más justo, parecen rendidos y
resignados. Como dijo Martin Luther King
“La sumisión y tolerancia no es el camino
moral, pero sí con frecuencia el más cómodo”.
Y parafraseando nuevamente a este gigante advierto que “lo
preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los
buenos”. No nos demos por vencidos,
no le entreguemos un cheque en blanco a los políticos, participemos en forma
activa en el destino de nuestra sociedad y de nuestro país, sumémonos a “La
Rebelión de los Mansos”.
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