Occidente y el islamo-fascismo
Milagros Hermida
Participante del Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores Sociales 2016.
El Estado Islámico pareciera ser un monstruo que amenaza con eliminar
todo a su paso, dejando un rastro de sangre detrás de sí, y víctimas inocentes
por delante. Occidente, habiéndose mostrado siempre tan superior al resto del
mundo, está acorralado, amenazado, asustado, gritando a sus líderes
(quienes no parecieran estar tan comprometidos) para que por favor hagan algo.
La razón es que los movimientos autoproclamados “progresistas” actuales que hoy
gobiernan este lado del meridiano están haciendo “la vista gorda” ante
situaciones aberrantes que ocurren constantemente en Medio Oriente y Europa.
Si bien la izquierda actual tiene una responsabilidad significativa en
lo que ocurre con los llamados yihadistas en occidente, el origen del problema
se encuentra en distintos factores: ideológicos y sociales.
Para analizar las razones ideológicas hay que remontarse unos 700 años
atrás, a la era de Abd –Al- Wahhab, padre del “wahhabismo”, pensamiento que
fundamenta la yihad y todo lo relacionado a ella.
Abd-Al-Wahhab hablaba de un Islam “purificado”, basado en el Corán y la
Sunna. Su ideología llegó a ser demasiado radical aún para su época, lo que
derivó en su expulsión de la Meca.
Para poder difundir sus ideas, creía precisar un brazo armado, un
ejército que pudiera imponer su manera de vivir el Islam. Quien le concedió ese
deseofue el Emir de Dariya, Muhammad BinSaud, quien a su vez necesitaba un
pretexto religioso para legitimar sus doctrinas guerreras y así conformar un
imperio donde, actualmente, se encuentra Arabia Saudí.
Abd-Al-Wahhab y Muhammad BinSaud establecieron un pacto para difundir lo
que más tarde fue llamado “Wahabbismo Saudí” y unificar los clanes de Arabia
bajo una misma bandera. Para sellar su alianza, Abd-Al-Wahhab le ofreció su
hija en matrimonio al hijo de su socio, lo que se considera el evento
fundacional del Emirato de Dariyah (el primer estado Saudí).
El Salafismo o Wahabbismo es entonces la ideología central de grupos
terroristas armados como “Los Hermanos Musulmanes”, “Al Qaeda”, “Hamas” e
incluso el “Daesh” (Estado Islámico), entre muchos otros. Estas organizaciones
siempre contaron, según la periodista especialista en el tema Pilar Rahola, con
una rama bélica, que son quienes concretan los atentados y ataques, y con una
rama ideológica, que es la que se encarga de reclutar fieles.
Pilar bien define al conflicto como una hidra, a la que por más que se
la destroce en su parte armada, asoma otra cabeza más. Esta “segunda cabeza”
que asoma lo hace convocando fieles en todo el mundo, en su mayoría jóvenes que
están en situaciones vulnerables donde viven a causa de la discriminación de
los propios países occidentales “progresistas”. La pregunta del millón entonces
es: ¿Por qué hay comunidades que aún se sienten excluidas incluso en los países
gobernados por grupos de izquierda, que levantan las banderas de la libertad
como si no pesaran más que unos pocos gramos?
A esa pregunta se suman muchas otras, como por ejemplo ¿Por qué el
progresismo apunta en contra de las políticas de Estados Unidos y no de las de
Arabia Saudí? ¿Por qué la ONU nombró a ese país director del departamento de
derechos humanos, cuando las mujeres, por ejemplo, carecen de derechos
fundamentales en relación a otros países del mundo? ¿Por qué la reacción de los
países de occidente es tan pasiva?
Es momento de que Occidente abra los ojos. La izquierda podría
considerarse seriamente cuestionada en este último tiempo luego de años de
gobernar este lado del globo. El reciente triunfo de Trump sea quizás el mayor
ejemplo de este fenómeno. A esto le acompaña el Brexit, que derivó en la
asunción de TheresaMay como Primer Ministro del Reino Unido, la creciente
popularidad de Marine Le Pen en Francia y la reelección de Mariano Rajoy en
España, entre otros. Se podría decir que los ciudadanos occidentales están
optando por grupos políticos que puedan, entre otras cosas, dar una mejor
respuesta ante esta y otras amenazas.
Las personas en Europa reclaman políticas migratorias más estrictas
-algunos incluso el cierre de fronteras- y una acción ofensiva. Tienen
temor y esto incrementa, entre otras cosas, la discriminación hacia los
ciudadanos musulmanes que se encuentran en occidente . Se continúa con el
círculo vicioso, del que se aprovechan los grupos extremistas para convocar jóvenes
islamistas endebles.
En tanto Occidente continúe simplemente relatando los acontecimientos
y sin una postura firme centrada en concientizarse culturalmente y en
ocuparse militarmente de esta guerra que nos han declarado, entonces el horror
continuará sucediendo.
El reciente triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos abre una nueva
hipótesis de resolución del presente conflicto ya que acorde lo ha manifestado
el Presidente de Rusia, Vladimir Putin podría existir una política en conjunto
que conlleve a un nuevo plan de acción en relación al conflicto. La respuesta
la tendrán los acontecimientos futuros.
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