Un empujoncito al carro

Elena Valero Narváez
Historiadora, analista política y periodista. Autora de “El Crepúsculo
Argentino. Lumiere, 2006. Miembro de Número de la Academia Argentina de Historia.
La marcha de
la economía no debiera depender de los intereses políticos del partido
gobernante ni de sus intereses electorales, después de un año de gobierno los
argentinos exigen más.
El
presidente enunció los problemas fundamentales y fijó objetivos, alguno de
ellos tomados del campo de la utopía, como pobreza cero, pero los resultados
apenas se alcanzan a ver.
No se nos
pasa que no se puede hacer milagros, tampoco que hay que cuidar no solo el
sistema económico sino también los fines y objetivos que demanda la política y
que no se pueden separar. Pero es importante que el Gobierno no subordine la
economía a la política al punto de estar sometida a reclamos sociales
imposibles de satisfacer.
No hay
economista que no se preocupe por el nivel de gasto público. El
sobredimensionamiento del Estado es uno de los problemas a resolver porque no
permite que baje lo suficiente. También se espera una reforma laboral que flexibilice las normas
y así favorezca la creación de empleo. Los líderes sindicales parecen no
entender que aunque los trabajadores ganen menos, siempre será mejor que estar sin trabajo o con miedo a perderlo,
9,9 % de desocupación es un número
preocupante.
Tanto el
gobierno como los empresarios y sindicalistas debieran hacer un acuerdo
realista para que baje el porcentaje, teniendo en claro que el trabajo es una
fuente de integración, no solo social, sino también psicológica.
En cuanto al
asistencialismo se equivoca el Gobierno. No puede darse indiscriminadamente y
por mucho tiempo. Tiene que ser transparente para que no suceda como en el
gobierno anterior: quien repartieron se quedaron con la mejor parte.
Con doce
años de populismo, los argentinos aprendimos que el Estado es un enemigo
potencial de la libertad humana. Por eso los medios de producción deben volver
del Estado a la actividad privada. De esta manera habrá menos gasto publico,
menos burocracia y por ello menos corrupción. Y, por otro lado, mejorará la
eficiencia y la producción. El campo
muestra como dejándolo de estorbar con impuestos se reacomoda
rápidamente y se convierte en un sector productivo.
El estatismo
siempre fue atractivo para los gobiernos argentinos y tiene aún el favor de la
gente. No entienden que debilita los poderes espontáneos de la sociedad civil, concentrándolos
en el Estado, genera afán desmesurado de
lucro en la burocracia estatal y pérdida de grados de libertad.
También
conduce a extraer de la actividad privada contribuciones excesivas. Es así como
le impide prepararse para competir y causa, por necesidad de pagar los gastos
que genera, inflación o endeudamiento.
Aunque el
Gobierno se decida por un rumbo menos incierto, es real que el Congreso ayuda
poco. Espero que los legisladores recuerden la tormentosa época que vivimos
durante el gobierno del presidente De La Rua. El impuestazo impulsado por José
Luis Machinea, como forma de paliar la crisis que se avecinaba, en diciembre de
1999, le significó al Gobierno la enemistad de varios sectores económicos y la
desconfianza de la sociedad en su conjunto.
El peronismo
dominaba el Senado, costo sangre que los
legisladores accedieran a votar cualquier ley. De allí ¨los presuntos favores personales¨ y demás yerbas. Entre ellas,
vimos a un funcionario, apoyado por la Justicia, violar la propiedad privada de
un inversor norteamericano en un campo de Entre Ríos.
La seguridad
Jurídica es lo que están pidiendo los inversores. Ella les muestra el nivel de confianza
que genera el país. Es sinónimo de respeto a las instituciones y a la ley.
El presidente
Macri tiene aún el apoyo de buena parte de la sociedad. Ya se le dio el tiempo
para preparar a su gobierno. Ahora es tiempo de explicar debidamente hacia
dónde vamos y qué se espera lograr. No se pueden dilatar más las soluciones.
Los argentinos y los inversores quiere
saber donde están parados y para ello el presidente tiene que hacer lo que no
hizo: determinar un rumbo bien definido para lograr el consenso necesario en la
opinión pública. Falta una conexión mas estrecha. Mas que los timbreos, los medios
de comunicación deben ser mejor aprovechados, evitando errores, para atraer el
esfuerzo y la tolerancia de la gente y seguir manteniendo la confianza.
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