Coronavirus y el Leviatán
Edgardo Zablotsky
Ph.D. en Economía en la
Universidad de Chicago, 1992. Rector de UCEMA. En Noviembre 2015 fue electo Miembro de la Academia
Nacional de Educación. Miembro del Consejo Académico de la
Fundación Atlas para una Sociedad Libre. Consultor y conferencista en políticas públicas en el
área educativa, centra su interés en dos campos de research: filantropía no
asistencialista y los problemas asociados a la educación en nuestro país.
El lunes pasado el
exrepresentante Republicano, Ron Paul, publicó una interesante nota motivada
por la multitudinaria marcha del sábado en Berlín, en reacción a las
restricciones impuestas a raíz del coronavirus. En sus palabras: “El hecho es
que los europeos se están dando cuenta que las cuarentenas hicieron poco o nada
para protegerlos del virus, al tiempo que causaron una catástrofe económica y
un sufrimiento humano incalculable”, a lo cual agregó que: “probablemente
miraron a su alrededor y se dieron cuenta que Suecia, la cual nunca cerró su
economía, no tuvo peores resultados que los países que se han convertido en
prisiones al aire libre. No me extraña que la gente empiece a
enojarse. Pero lo peor de todo es que están observando como el gobierno de
Leviatán arrebata hasta el último pedacito de libertad”. Aunque Hobbes promovía
la idea de este gobernante absoluto (el Leviatán) en el siglo XVII, su teoría
hoy encuentra un terreno fértil en la pandemia. Es claro que hay valor en
la autoridad porque nos ofrece protección; pero no hay nada gratis, para
recibir protección es necesario aceptar cierto grado de sumisión, de pérdida de
nuestra libertad.
Uruguay y Suecia han
elegido un camino alternativo, optando por el ejercicio de la libertad con
responsabilidad, en desmedro de Estados que día a día adoptan cada vez más
características propias de un moderno Leviatán. Qué mejor ejemplo de ello que
la Argentina.
El lunes hemos tomado
conocimiento del Decreto de Necesidad y Urgencia 641/2020, el cual en su art.
9, inc. 2 señala que: “Quedan prohibidos los eventos sociales o familiares en
espacios cerrados y en los domicilios de las personas, en todos los casos y
cualquiera sea el número de concurrentes, salvo el grupo conviviente. La
infracción a esta norma deberá ser denunciada por la autoridad interviniente a
fin de que la autoridad competente determine si se cometieron los delitos
previstos en los artículos 205 (será reprimido con prisión de seis meses a dos
años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes,
para impedir la introducción o propagación de una epidemia) y 239 del Código
Penal.” Imaginar una mejor ilustración de un Leviatán, difícil, pero examinemos
otra, lamentablemente tenemos numerosas para elegir.
El viernes 17 de abril
se hizo público que las casi 500 mil personas mayores de 70
años que vivían en la CABA deberían obtener un permiso para salir de
sus casas, el cual sólo serviría para el mismo día. Al salir, la persona
tendría que portar su DNI, el cual podría ser requerido por la policía para
chequear si realmente estaba autorizada. Si salió sin permiso, se le pediría
que regrese a su hogar. Afortunadamente, luego de variados incidentes, un juez
declaró la inconstitucionalidad de la prohibición y el tema quedó en la nada.
El Leviatán una vez más.
¿Qué país queremos?
¿Una Argentina gobernada por un moderno Leviatán, sea de la ideología que sea,
o una Argentina donde reine el ejercicio de la libertad, en un marco de
responsabilidad individual? Es hora que la sociedad lo decida.
Publicado en Perfil.
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