El que avisa no es traidor
Enrique G. Avogadro
Abogado.


“¿Se puede gestionar esta nación carnívora 
y mafiosa sólo con diálogo, café y cortesía?”. 
Jorge Fernández Díaz
El kirchnerismo, resignado al pésimo resultado -¿tercero cómodo?- que obtendrá en las próximas elecciones, algo que confirmó con la postulación de la fórmula indudablemente perdedora de Eduardo Wado de Pedro y Juan Manzur, y ante la eventualidad de no haber sido escuchado cuando sus voceros más agresivos –Pablo Moyano, Juan Grabois y Eduardo Valdéz, entre otros- verbalizaron sus amenazas contra una futura administración no peronista, ha iniciado una nueva gimnasia subversiva y revolucionaria. Mal que le pese a las almas buenas y sensibles, convencidas de la necesidad de dialogar con todos los sectores políticos, aún con aquéllos que sólo buscan destruir a la República desde adentro para conservar el poder, esta semana demostró que no sólo es imposible sino, además, inconducente. ¿Cómo se puede negociar y acordar con alguien que nos apunta con una pistola y está dispuesto a matarnos para lograr sus objetivos?
Gerardo Morales, Gobernador de Jujuy, no es un personaje que me caiga precisamente simpático. Sin embargo, le reconozco el coraje con que, ley en mano, puso fin al Estado paralelo y mafioso que Milagro Sala había instaurado allí, patrocinado con ilimitados fondos nacionales (utilizando el mismo método que usó con los “Sueños Compartidos” de Hebe Bonafini y Sergio Schocklender y con los emprendimientos de Jorge Coqui Capitanich y su socio, Emerenciano Sena) y que contó con el siempre irracional apoyo del trotskismo violento.
El candidato –Carlos Sadir- apoyado por el mandatario jujeño ganó el 4 de mayo las elecciones provinciales con el 49,52% de los votos, imponiéndose a los postulantes peronista (22,32%) e izquierdista (12,81%); o sea, la población apoyó la gestión actual a punto tal de permitirle más que duplicar a su más cercano contendiente. Sin embargo, Jujuy fue incendiada por quienes no toleran el juego democrático ni respetan la voluntad popular; una reforma constitucional, aprobada por todo el arco político en la Legislatura, les sirvió como excusa para pasar a la acción.
Sobre un reclamo docente por mejores salarios, manos negras soliviantaron a los pacíficos indígenas de la Puna para que tomaran rutas y resistieran, a como diera lugar, los intentos de liberar el tránsito internacional; en este caso, se usó la oposición a las explotaciones de litio. Pero como eso no bastó para generar un caos con gran repercusión en la prensa nacional, llegaron a la capital provincial ingentes contingentes de bárbaros y asesinos transportados y financiados en efectivo por el Gobierno nacional. Como era previsible, dispuso para ello de delincuentes liberados con la excusa del COVID, soldaditos del narcomenudeo, barrabravas, falsos mapuches, terroristas de Montoneros y ERP y miembros del Sendero Luminoso peruano, del PCC brasileño y del MAS boliviano de Evo Morales, y demás indeseables que han sido beneficiados por la asociación ilícita que todavía nos gobierna, socia del tráfico internacional de drogas.
Los hechos de Jujuy han servido a Unión por la Patria (UxP), la nueva marca del Frente de Locos, para quitar de la portada de los diarios y de los noticieros de TV el atroz crimen del Chaco, que enterró los delirios presidenciales de Capitanich, pero también a Juntos para el Cambio (JxC), que consiguió reunir a todos sus caciques en una foto de familia en apoyo a Gerardo Morales y dio así una prueba de unidad, tan reclamada después de tantos episodios de despiadada pelea interna. Mañana, en Córdoba, después de abortar la tentativa de incorporar a Juan Schiaretti a la alianza opositora, esa unidad será nuevamente puesta a prueba.
Sólo esta noche, a las 23:59, conoceremos las cartas definitivas que se jugarán en las PASO. Conociendo los prostibularios antecedentes de ambos, ¿resulta paranoide preguntarse si toda la dura pelea que se escenificó alrededor de la precandidatura de Scioli no será, realmente, una puesta en escena urdida y que el Pichichi, que tantas y tan graves humillaciones soportó en el pasado, sea el verdadero delfín de Cristina Fernández, que así intentaría, como lo hizo con Alberto Fernández en 2019, “venderle” a la sociedad un personaje de historieta, más dialoguista y contemporizador pero, en el fondo, un esbirro obediente?
Mientras tanto, ¿qué habrán prometido a Sergio Massa para que no abandone el tan escorado barco del Ministerio de Economía? No tiene, precisamente, un fácil futuro para su gestión, ya que la imposibilidad de hacer frente con fondos propios a las obligaciones con el FMI (US$ 2.700 millones este mismo mes) y la demora del organismo –por la férrea oposición de Alemania y Japón- en ceder a su pretensión de anticipar fondos de libre disponibilidad para intervenir en el mercado de cambios y así evitar una devaluación, ponen a la Argentina ante un escenario de default catastrófico. Todos los anuncios triunfalistas que ha efectuado el Aceitoso hasta ahora (el swap con China, los préstamos del nuevo banco de los BRICS, el apoyo financiero de Brasil, etc.) se han mostrado falsos, aunque le hayan permitido ganar tiempo. ¿Le alcanzará para llegar a las PASO sin un estallido?; aún así, ¿qué pasará entre agosto y noviembre?
Hoy, los “mercados” creen que, sin ser candidato, podrá dedicar todos sus esfuerzos a administrar bien la economía. Sin embargo, lo dudo toda vez que, como se vio antes de las elecciones provinciales sustanciadas hasta ahora, el Gobierno giró a los distritos donde gobierna el PJ ingentes fondos como ATN. ¿Qué le exigirá el kirchnerismo ahora, cuando se juega la vida?
 

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