La competitividad en LatAm: ¿Un reto permanente?
Lucía F. García Encinas
Pasante en la Fundación Internacional Bases.


El International Institute for Management Development (IMD) plantea que la competitividad es un requisito para impulsar el crecimiento económico, ya que un país altamente competitivo tiene la capacidad de generar, atraer y retener inversiones que fomenten un crecimiento económico sostenible basado en la productividad, generando un aumento constante del bienestar social. El Ranking Mundial de Competitividad 2023  publicado por IMD brinda una evaluación comparativa de la competitividad económica y empresarial de 64 países a nivel global, considerando los retos socioculturales, económicos y políticos que enfrentan las empresas en cada contexto.
La clasificación de los diferentes países en el ranking está en función de varios indicadores como ser el desempeño económico, eficiencia del gobierno, infraestructura, educación e innovación, entre otros, considerados como factores clave que influyen en la competitividad de un país. Los países con puntuaciones más altas ocupan posiciones más elevadas en el ranking. En América Latina, Chile es el país más competitivo (puesto 44), seguido por Perú (puesto 55), México (puesto 56), Colombia (puesto 58) y Brasil (puesto 60). Los últimos son Argentina (puesto 63) y Venezuela (puesto 64), que ocupan una posición rezagada no sólo a nivel regional sino también mundial.
Durante los últimos cinco años, Chile ha sido considerado el país más competitivo de América Latina, sin embargo, esto no implica que tenga un alto grado de competitividad. Desde 2019 hasta 2023, este país ha descendido 2 puestos en el ranking mundial. Su posición actual se explica en gran medida por las políticas públicas aplicadas tanto en el ámbito financiero como en política fiscal y legislación empresarial. Además tiene un papel relevante, la forma eficiente en que las empresas gestionan sus recursos y la infraestructura tecnológica con la que cuenta el país. 
Desde 2019, el panorama latinoamericano se aleja de una situación óptima. En el caso de Perú, su desarrollo en cuanto a competitividad se ha mantenido estable, fluctuando levemente de un año a otro en términos de posición. México ha descendido 6 posiciones desde 2019, posiblemente debido a la poca eficacia del gobierno, así como a la poca eficiencia de las empresas y la infraestructura no adecuada, factores que aún deben mejorarse mediante políticas públicas. La competitividad de Colombia también ha descendido 6 posiciones, y marca la necesidad de enfrentar retos en infraestructura y eficiencia empresarial. La situación brasileña frente a la competitividad se ve condicionada por la inestabilidad política, temas financieros y la infraestructura educativa, destacando que el país ha descendido 1 puesto en el ranking en comparación con 2019. Por otro lado, Argentina se sitúa entre las últimas posiciones en el ranking desde 2019, la competitividad se ve condicionada por un nivel de vida poco estable, políticas públicas que no garantizan estabilidad, así como una infraestructura básica, tecnológica y científica poco adecuada para un entorno competitivo.
Durante los últimos cinco años, Venezuela ha ocupado el último lugar en el ranking, enfrentando grandes retos que van desde mejorar el rendimiento económico y la infraestructura hasta la eficiencia gubernamental y empresarial. El país presenta un escenario que genera mucha desconfianza e inestabilidad económica además de no poder garantizar los servicios básicos para las industrias y hogares. 
La evolución y la presente situación de la competitividad en América Latina demuestran que la región ha quedado rezagada. Es notable que los países latinoamericanos ocupan posiciones por debajo del puesto 35 en el ranking ¿Por qué?. La situación que enfrenta el bloque dista de ser optimista, el contexto en el que se encuentran los países limita su crecimiento económico sostenible y su progreso social. Esto es consecuencia de una inadecuada aplicación de políticas económicas y reformas sociales por parte de los diferentes gobiernos. Sin embargo, no se trata únicamente de un resultado de la pandemia por el COVID 19 y la crisis económica y social que esta ha acarreado, sino de un contexto que estaba presente desde antes de la hecatombe previamente mencionada.
Si bien los países latinoamericanos se encuentran en una posición poco favorable en términos de competitividad, esto no es estático, es decir, puede mejorarse mediante políticas y acciones específicas en pro de garantizar un espacio beneficioso para la innovación y el desarrollo empresarial. La política pública de los países de la región debe centrar su trabajo en mejorar los niveles de productividad y el bienestar de sus ciudadanos. En general, el Índice de Competitividad Mundial expone enfáticamente que los países de América Latina deben potenciar el crecimiento del mercado a través de la innovación, así como impulsar la estabilidad política para hacer frente a la incertidumbre. Además, se deben promover reformas estructurales en el ámbito educativo y en la política fiscal.


Fuente: Somos Innovación

 

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