Escalan los conflictos en Europa, Medio Oriente, Corea y Taiwán
Rosendo Fraga
Analista político.


En enero de 2024 ha escalado sorpresivamente en Europa Occidental el riesgo de una guerra contra Rusia. Comenzó el gobierno de Suecia, que advirtió a la población sobre la necesidad de prepararse para una eventual confrontación militar con Moscú. Cabe señalar que en los últimos días de enero, el parlamento turco aprobó la incorporación de este país como miembro pleno número treinta y dos de la OTAN, pero todavía no lo ha hecho Hungría, lo que deja en suspenso la incorporación. Erdogan tomó esta decisión en momentos en que endurece sus cuestionamientos a Netanyahu por las operaciones en la Franja de Gaza. Pocos días después de las declaraciones en Suecia, el diario alemán Bild publicó un documento occidental que anticipa las fases que podrían darse en un eventual conflicto militar entre Europa y Rusia entre 2024 y 2027. A su vez, el gobierno polaco advirtió que la amenaza militar rusa se cierne sobre Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central. Los tres países bálticos anunciaron la construcción de una línea defensiva en sus tres fronteras comunes con Rusia.
En el último encuentro del Grupo de Contacto de Rammstein -que llevaba meses sin reunirse, ante la demora en satisfacer los suministros pedidos por Ucrania-, el nuevo director del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el general Charles Brown, advirtió que la democracia occidental se transforma cada vez más en un problema de largo plazo para el esfuerzo militar ruso. Por su parte, el ministro de Defensa británico, Grant Shapps, exhortó a los países de la OTAN a satisfacer los requerimientos ucranianos en materia de armamentos, porque de no hacerlo iba a aumentar el riesgo de confrontación directa con Rusia.
Aunque ya estaba previsto, en enero se conocieron los detalles del ejercicio militar de la OTAN que se realizará en su frente norte, del que participarán noventa mil hombres -veinte mil británicos-, cincuenta buques, ochenta aviones y mil cien vehículos blindados de los países de esta alianza militar, y tendrá una duración de seis meses, hasta junio. Es el más grande desde la caída del Muro. Puede discutirse cuánto de esto tiene que ver con mantener el apoyo de la opinión pública al esfuerzo militar en Ucrania, o de preparar efectivamente a la población para un conflicto bélico con Rusia.
Por su parte Ucrania intimó reiteradamente a la OTAN y la Unión Europea para que se cumpla la provisión de armas y municiones ya comprometida, pero demorada. En un ejemplo de expansión de este conflicto, mercenarios rusos incrementan su influencia en países de África como Burkina Faso, mientras que en Asia el gobierno nepalés denunció el reclutamiento por parte de Rusia de mercenarios en su territorio. En América Latina, Moscú especula con una escalada del conflicto entre Venezuela y Guyana por la soberanía de la región de Esequibo.
La posibilidad de que avancen las gestiones de paz entre Israel y Hamas parecen alejarse cada vez más. En primer lugar, porque la guerra continúa con más intensidad. El 22 de enero murieron veintiún reservistas israelíes en Gaza, en la acción más costosa en vidas para Tel-Aviv en el frente militar desde que se inició la ofensiva en la Franja. La respuesta fue rápida: en operativos israelíes fueron muertos un centenar de integrantes de Hamas. Netanyahu viene rechazando reiteradamente la posible solución a través del reconocimiento de un estado palestino y eso hace imposible avanzar por ahora en negociaciones. Los intentos de hacerlo en torno a los rehenes podrían tener éxito o no, pero no modificarán el curso de la guerra.
Mientras los combates continúan en Gaza, con Hamas demostrando que mantiene capacidad militar, el frente de Cisjordania se intensifica en un nivel más bajo, registrándose presencia iraní en este territorio.
Respecto al Líbano, el gobierno israelí ha dicho que no cesará sus operaciones bélicas mientras toda la población israelí que abandonó la zona fronteriza vuelva a vivir en ella. En Siria, donde Estados Unidos tiene estacionados novecientos hombres de sus Fuerzas Armadas, se intensifican las acciones de milicias pro iraníes contra ellas, y tiene lugar la consecuente respuesta estadounidense. Israelíes e iraníes realizan acciones en este país, conectadas al conflicto de Gaza.
El enfrentamiento se extiende a Irak, donde Estados Unidos tiene estacionados veinticinco mil hombres de sus Fuerzas Armadas, que se enfrentan con milicias iraquíes pro iraníes que forman parte del gobierno de Bagdad, quien duda cada vez más de mantener tropas estadounidenses en su país. Hacia fines de enero, Estados Unidos atacó con misiles y drones a estas milicias. El territorio iraní ha sido blanco de un atentado de la organización Estado Islámico, que provocó casi un centenar de muertos en el homenaje al general de la Guardia Revolucionaria Iraní, Qasem Soleimani, que habría sido muerto por la inteligencia israelí hace cuatro años. El EI ha reaparecido, combatiendo a los gobiernos chiitas y apoyando el estallido del conflicto. Pakistán en enero ha pasado a formar parte del mismo, por un intercambio de acciones militares en la frontera de los dos países en la región de Baluchistán. Ambos se acusan mutuamente de dar apoyo a minorías secesionistas de esta región. De esta manera, dos países con el arma nuclear se ven involucrados en el conflicto: Israel y Pakistán.
A su vez, el conflicto con las milicias hutis de Yemen sobre el Mar Rojo se hace crónico. Siguen los disparos de drones y misiles por parte de las milicias yemeníes (desde noviembre han disparado doscientos drones y cincuenta misiles contra buques occidentales), y la respuesta de la coalición para la Prosperidad liderada por Estados Unidos y el Reino Unido. Los servicios de inteligencia de Emiratos Árabes Unidos estarían realizando acciones encubiertas contra los jefes hutis. Estados Unidos ha iniciado gestiones para una intervención china para frenar esta creciente amenaza que comienza a afectar el flujo comercial global. Pero su resultado es incierto. Algunas de las compañías navieras han informado que ciudadanos chinos forman parte de sus tripulaciones, en un intento de evitar ser blanco de los hutis. Otras han optado por cambiar su ruta por la de África. La presencia iraní en la llamada “resistencia” contra Israel es generalizada, mientras el país corre contra el tiempo en pos del arma nuclear.
El riesgo de conflicto bélico en torno a Corea del Norte aumenta día a día. En enero, el líder norcoreano Kim Jong-un anunció que Corea del Sur ha pasado a ser el “enemigo principal” y declaró que ello será incluído en la constitución del país. Al mismo tiempo, suspendió la participación y el financiamiento en las agencias que en los últimos años han trabajado para la reunificación coreana.
A su vez, ha intensificado los ejercicios militares con munición real, los lanzamientos con satélites para inteligencia, la fabricación de lanzadores de misiles y las pruebas de drones submarinos con capacidad de generar “tsunamis” e incluso podrían portar armamento nuclear. La inteligencia estadounidense ha comprobado que los lanzamientos misilísticos norcoreanos pueden alcanzar los novecientos kilómetros de distancia, que incluyen a Japón, Corea del Sur y las bases militares estadounidenses que están en la región. Corea del Norte, por su parte, sostiene que sus misiles tienen un alcance mucho mayor y que podrían llegar hasta a blancos en territorio estadounidense en regiones como Alaska y Hawaii.
Pyongyang acelera a su vez los preparativos para una eventual guerra terrestre en la península de Corea. Difícilmente sea Kim quien precipite una guerra nuclear que lo lleve a una derrota segura y a una suerte de “inmolación”. Está previsto un encuentro entre él y Putin, que son aliados militares de hecho, como lo muestra el acuerdo de entrega de armas norcoreanas a Moscú y la devolución de tecnología militar avanzada por parte de ésta. Una tercera guerra terrestre resulta difícil de sostener para Estados Unidos. Es que tanto Ucrania como Gaza, como también sería la península coreana, desarrollan el conflicto bélico en el ámbito predominantemente terrestre. Hombres, proyectiles de artillería y armas livianas son el suministro más requerido. Los depósitos de armas y municiones que tiene Estados Unidos tanto en Israel como en Corea del Sur, instalados desde hace décadas para ser usados en eventuales despliegues militares estadounidenses en el Oriente Próximo o Cercano, se encontrarían ya muy limitados, y los países de Europa, en 2023, no han satisfecho ni la mitad del suministro acordado con Ucrania en materia de proyectiles de artillería. Es el momento de mayor tensión entre las dos Coreas desde los años setenta del siglo XX.
La tensión en torno a Taiwán va en aumento, registrándose uno de los momentos más difíciles desde la caída del Muro.
Tras la victoria del oficialismo en la elección presidencial taiwanesa del 13 de enero, se han incrementado los vuelos en la zona neutralizada de hecho entre China y Taiwán, los despliegues navales sobre su límite, y el vuelo de globos de observación chinos por el territorio taiwanés. El mismo presidente Xi ha dicho que nunca su país aceptará la independencia de Taiwán. Pareciera que el resultado electoral ha provocado un endurecimiento de la posición de Beijing. Posiblemente haya menos probabilidad de un conflicto militar en torno a Taiwán, que de una guerra en la península de Corea. Como evidencia del incremento de la tensión, el gobierno taiwanés acaba de establecer el servicio militar obligatorio, en una medida que apunta por un lado a enfrentar la amenaza militar, pero por el otro a concientizar a la población sobre ella.
Pero siempre hay que tener presente que las crisis generalmente se desatan por error de cálculo. Un conflicto en torno a Taiwán sería predominantemente aeronaval. El desembarco de fuerzas chinas en territorio taiwanés parece improbable. De los cuatro conflictos mencionados (Europa-Rusia, Hamas-Israel, las dos Coreas y Taiwán), el último es el que tiene menor probabilidad de escalar. Es que China (salvo en Taiwán, donde es un actor directo) juega más a ser un espectador beneficiado que un partícipe activo en la escalada de los conflictos militares que tienen lugar hoy a nivel global.
En definitiva, ni los gobiernos ni las organizaciones internacionales muestran hoy capacidad para contener los conflictos geopolíticos que se dan al mismo tiempo en Europa, Medio Oriente, Corea y Taiwán.

Publicado en Infobae.





 

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