La principal amenaza al programa del Gobierno es la impunidad de los corruptos
Enrique Blasco Garma
Economista.
La principal amenaza al
programa del Gobierno es la impunidad de los corruptos
La impunidad, en ocasión
de convenios, contrataciones, instala incertidumbres, expectativas,
incumplidas, sorpresas y frustraciones.
No obstante, hasta ahora,
los analistas económicos más prestigiosos de la Argentina se muestran
optimistas con lo efectuado en los primeros meses de la presidencia de Javier
Milei y las perspectivas a futuro cercano. Al tiempo que hacen hincapié en que,
el futuro está condicionado por la resolución de las disyuntivas
institucionales y estructurales favoreciendo los modos aceptados en las
naciones avanzadas, para desenvolverse en la vida económica y las
transacciones: “Si lo hacemos, el futuro es promisorio”, concluyó Ricardo
Arriazu. En este objetivo conflictivo me ocupo intensamente desde 1990.
La corrupción debilita la
fortaleza que debieran mostrar las instituciones que estructuran los convenios
individuales. En este interés, las impunidades desordenan las actividades
productivas, añadiendo indecisiones. De tal modo, encarecen comerciar y
producir bienes y servicios, en beneficio de servicios opacos que sostienen
convenios injustificables.
El nuevo gobierno descubre
a diario espectaculares despilfarros y pérdidas descomunales por actos de
corrupción e impunidad que obstaculizan el progreso y la competitividad con el
resto del mundo.
Este sistema de favores y
nepotismo, similar al modelo feudal de antaño, perpetúa las fluctuaciones de
reglas, creando una red de relaciones oscuras que socava la competencia.
A pesar de los anuncios
pomposos de líderes políticos, la implementación efectiva de políticas y
proyectos sigue siendo un desafío. Existe una desconexión entre las promesas y
la acción real, que reflejaría una falta de compromiso con la justicia.
El filósofo y Premio Nobel
de Economía Friedrich Hayek destacaba la contundencia de liberar de trabas
redundantes a los negocios y actividades personales, y así descubrir reglas
justas que cuenten con la aprobación general y garanticen la eficiencia y el
bienestar colectivo.
El orden espontáneo de
Hayek en las sociedades de las transacciones interpersonales invita a
incorporar noveles conocimientos permanentemente y así expandir las creaciones
valiosas. Sin embargo, esta visión está lejos de concretarse en casi todos los
países, denuncian las increíbles brechas de ingresos, corrupciones, tan
diferenciados según los Estados, donde persisten interferencias artificiales a
las reglas justas y negocios privados merced a impunidades conseguidas por la
Casta.
Jorge Luis Borges
expresaba su esperanza que la honestidad impactase significativamente en la
política.
El abogado y filósofo del
derecho, Alejandro Carrió, resalta la urgente oportunidad de sentencias
judiciales que confirmen las altas sospechas de corrupción. Insistiendo que el
enriquecimiento ilícito empobrece a los pueblos. Rememorando la gestión de Raúl
Alfonsín al comienzo de la vuelta de la democracia, Carrió destaca los desafíos
que parecían imposibles para combatir la impunidad y restaurar la justicia.
No sólo los gestores
particulares tornan inciertas las leyes. La seguridad jurídica también se
vuelve confusa cuando casos que deberían ser resueltos en el Congreso terminan
en la Justicia, expresó Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema. Al
mismo tiempo, la democracia republicana abre las puertas a la competencia y la
innovación, respecto de los sistemas autoritarios que no se interesan en
ampliar las coincidencias.
En esta tarea, los
mercados libres descubren modalidades para expandir los acuerdos en libertad.
Quizás esa sea la causa del desinterés de los gobiernos autoritarios en los
mercados libres de trabas redundantes.
La corrupción en la
Argentina y en otros países ha llevado a una decadencia institucional, la cual
se refleja en las mediciones de la ONG Transparencia Internacional. Por eso
cada vez más son las voces a favor de luchar contra la impunidad y garantizar
sentencias ejemplares.
El gráfico refleja el Índice de percepción de la corrupción,
CPI, de la ONG Transparencia Internacional TI, un indicador de la impunidad,
permisos o patentes, para cometer actos ilegales, incumplir normas, leyes.
El gráfico muestra cómo
cuánto menor es el índice de corrupción, menor es la impunidad y más celoso el
cumplimiento de la estructura legal. La vinculación con el PBI por habitante
que estima el FMI en el World Economic Outlook arroja resultados contundentes
de correlación inversa.
En general, los Estados
más libres sufren menos restricciones legales, por lo tanto menores demandas
particulares de impunidad y suelen generar mayores ingresos promedio por
habitante.
La Argentina está
amontonada, con la mayoría de los países más corruptos y pobres, en la esquina
del extremo superior izquierdo del gráfico, con un índice de impunidad de 100 y
PBI por habitante de USD 13.500 anuales el último año.
El saqueo de recursos por
parte de varios gobiernos en la Argentina, el caso de la expropiación de los
ahorros de jubilados en las AFJP y la nacionalización de YPF, efectuados en la
presidencia de Cristina Fernández de Kirchner apenas asumida a fines de 2007
confirma la urgencia de abordar la corrupción en todos los niveles y ámbitos
para asegurar la estabilidad de las propiedades individuales.
En resumen, la corrupción
y la impunidad representan desafíos letales para la construcción de una
sociedad justa y próspera en Argentina. La necesidad de reglas y acuerdos
eficientes, y la importancia de la honestidad en la acción individual, son
aspectos clave para superar estos obstáculos y avanzar hacia un futuro más
justo y floreciente.
Los líderes debieran
involucrarse y garantizar la independencia de las instituciones que defienden
la ley y restringen la corrupción.
Publicado en INFOBAE.
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