El enorme y desconocido poder de los diudadanos
Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
Hace un año escribía esto, que sigue siendo válido.
“Intentamos nacer un 25 de Mayo de 1810. Teníamos muchas
razones, algunas conocidas por todos desde la escuela primaria, otras no tanto.
Las menos conocidas son más reales, menos “prestigiosas” y más humanas, pero
todas hicieron posible ese esbozo de Patria que asomaba en el puerto de Buenos
Aires. Fue una revolución, que no fue una revolución, pero que sí fue una
revolución. Y no es un galimatías.
La llamamos *REVOLUCIÓN de Mayo, porque hicieron
renunciar al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. Pero no fue una revolución,
ya que la Primera Junta en pleno, los 9 miembros, 7 criollos y 2 españoles que
abrazaron la causa (Larrea y Matheu), rodilla en tierra, le juraron fidelidad a
Fernando VII, preso en Bayona y reemplazado en España por José Bonaparte, hermano
de Napoleón. Pero sí fue una revolución, ya que por primera vez en estas
tierras, se tuvo en cuenta la voluntad de las personas. No querían ser regidas
por Francia, y no se sentían
representadas por las 2 Juntas que le quedaban a España libres del yugo
francés: la de Cádiz y la de la isla de León. Y que en esos tiempos la voluntad
popular se expresara y tuviera éxito en sus demandas, era una revolución.” Lo
fue.
Como este 25/5 va a ser recordado como el comienzo de la
era K, a partir de 2003, necesitaba ser rescatada la Revolución de 1810, en su
verdadera dimensión. Y esa dimensión es el enorme y a veces olvidado poder de
los ciudadanos.
Por eso es bueno recordar, ante la negación automática de
casi todos aquellos con los que se habla del tema, que dicen: “no, todos los candidatos con chances de llegar a la
presidencia van a firmar un pacto de impunidad con los actuales gobernantes. Ni
soñar con que van a ser juzgados”. De
nosotros depende.
Al fiscal Campagnoli, suspendido y a punto de ser
despedido, los ciudadanos preocupados por la justicia, juntaron firmas,
abrazaron tribunales, mandaron mails, tuits, inundaron las redes sociales
pidiendo por él. Hubo manifestaciones de todo tipo a favor del fiscal.
El resultado se conoce: Campagnoli fue repuesto en su
fiscalía; su maravilloso y homogéneo equipo que había sido repartido en otras
fiscalías, volvieron a la de Campagnoli. El poder de los ciudadanos lo hizo
posible.
Ante el despiadado ataque a ese prócer del derecho que es
el ministro de la Corte Carlos Fayt, cuyos delitos son estar a salvo de
cualquier apriete, su honestidad y su hombría de bien, el gobierno lo acusa de
vejez. ¿Y el INADI no le dice nada a Aníbal, la presidente y alfiles?
Los ciudadanos juntaron firmas, invadieron las redes
sociales, rodearon Tribunales y se juntaron frente a su casa, apoyándolo para
que no renunciara. Por suerte a Fayt no se le ocurre renunciar. Pero la gente
ayudó.
Y cuando dos jueces de la Cámara de Casación Penal
bonaerense, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, acortaron la sentencia del
violador de un nene de 6 años, alegando que el chico ya había sido previamente
violado por su padre (mentira) y que ¡era gay!, por lo tanto no había ultraje,
los ciudadanos reaccionaron.
Se juntaron en 2 días 143.000 firmas pidiendo juicio
político para los dos jueces. El jury de enjuiciamiento está a la vuelta de la
esquina. Han recibido todas las sanciones posibles de la legislatura bonaerense
y porteña, sanciones académicas y todo eso en tiempo récord, gracias a los
ciudadanos.
De nosotros depende exigir “juicio, castigo y DEVOLUCIÓN”
a los funcionarios del gobierno K que lo merecieran, por supuesto que a través
del debido proceso y a derecho. Hay que presionar en los primeros 100 días del
próximo gobierno a los diputados, senadores y ministros y a todo aquel que
tenga algo que ver con el nuevo gobierno, pidiendo justicia y el final de la
impunidad. Si lo hacemos, lo conseguimos.
El artículo 39 de la CN de 1994 dice que: “Los ciudadanos
tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de ley en la cámara de
diputados. El congreso deberá darle expreso tratamiento en el término de los 12
meses. (Con el 3% de firmas del padrón electoral nacional).”
Elegir entre la eterna impunidad, la expoliación y el
engaño al pueblo y la república que dignifica y da sentido a la vida de los
ciudadanos, es nuestra decisión. Se puede. Todos juntos podemos.
Cuando la Constitución sea más importante que el fútbol…
Todos los argentinos conocen a Messi. ¿Cuántos conocen el 1° artículo de
nuestra Constitución? ¿Y el artículo 39?
A pesar de todo y aunque quizás ya sólo exista en la
memoria de algunos, ¡Viva la Patria!
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