Nuevo rumbo, con o sin Macro
Osvaldo Rolleri Aragón
Investigador, especializado en Seguridad. Corresponsal desde España de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


El 22 de noviembre, se definió en Argentina un nuevo presidente. Pero más allá de ello, se cambió una forma de gobierno que imperó por muchas décadas: Peronistas o Radicales.
 
El cambio fundamental no fue la persona, sino que un nuevo partido, llegó al poder, venciendo todas las artimañas, por decirlo en forma elegante, de la corporación política que dirigió, por mal rumbo, a la Argentina durante esas mismas décadas.
 
Tal fue el cambio, que en lugares impensables, con las inescrupulosidades, de quienes retenían el poder, fueron expulsados. Aceptando, que todavía quedan algunos reductos, justamente donde la gente es más pobre y dependiente de las dádivas.
 
No se espera un gran cambio en Argentina el próximo año, por dos razones; primero, porque quienes se van, como odian a todos y a la Argentina inclusive, dejarán el país en la ruina, y tratando de obstaculizar todo lo que puedan; segundo, el nuevo equipo no tiene las capacidades, ni los objetivos de mejorar demasiado, lo existente. Lo han demostrado, en donde fueron gobierno. También Kirchner, repitió como presidente, las tropelías que había realizado en sus tierras.
 
Pero entonces, cuál es la buena noticia. Que a partir de ahora, ha quedado demostrado, que en Argentina se podrán desarrollar nuevos partidos o agrupaciones políticas, que en algún momento podrán llegar al poder. Las nuevas personas traerán nuevas ideas y nuevas metodologías, que irán haciendo más competitivos y eficientes los gobiernos que asuman en el futuro. La meritocracia comenzará a ser real. De esta forma, quedará de lado el viejo apotegma, que decía: 'si deseas llegar a ser presidente afíliate al partido peronista, porque en el radical te echarán a las patadas'. Pero igualmente, eran las dos únicas alternativas. Fuera de ellas era imposible llegar al poder.
 
Aparentemente estamos vislumbrando el fin de ciclo de la demagogia, la mentira y el populismo; luego será la corrupción, el nepotismo, etc. Todo ello, que durante décadas perdidas llevó a la Argentina, a los peores puestos, en casi todas las estadísticas mundiales comparativas. Amén en narcotráfico, drogadicción y criminalidad. Pensar, con cierto dolor, que Argentina fue tipificada a principios del siglo pasado, como futura potencia mundial.
 
Estamos frente al inicio de un nuevo camino en Argentina, el de la alternancia con nuevos partidos. Si a partir de ahora, trabajamos y nos mantenemos unidos, con el fin del crecimiento para todos; en veinte años, no importa con qué partido en el gobierno, Argentina volverá a brillar en el contexto mundial.
 

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