El ¨Brexit¨ y la Unión Europea en el mundo
Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista,
escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la
Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un
master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas,
Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de
habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había
convertido en el octavo país del mundo.
El Brexit ha causado una conmoción en el mundo occidental y en razón de
ello se ha producido una caída en todas las bolsas y consiguientemente la libra
se devaluó respecto al dólar y el euro. Todo ello se considera la consecuencia
de que Inglaterra se haya separado de la Unión Europea. Esa percepción implica
que el Brexit sería la causa de una crisis económica en Inglaterra y en la
Unión Europea. Ya The Economist se había adelantado a esta visión con
antelación al hecho en un artículo titulado “Divided We Fall” (Divididos Caemos)
donde escribió: “Un voto de abandonar la Unión Europea el 23 de Junio, el cual
las encuestas consideran una creciente posibilidad, harían un grave y permanente
daño a la política y la economía británica. La pérdida de uno de los mayores
miembros de la UE produciría una profunda herida en el resto de Europa”.
Antes de seguir adelante me permitiría recordar otro artículo de The
Economist que considero realista donde dijo: “El problema de la Unión Europea
es el sistema, y el que lo quiere cambiar pierde las elecciones”. En estas
palabras The Economist reconoce la situación de crisis de la Unión Europea
determinada políticamente por la prevalencia política de la izquierda para
mantener el Estado de Bienestar. Mi criterio es que la validez indubitable de
esta observación, constituye una decisiva contradicción con el análisis
recientemente hecho sobre los efectos deletéreos del Brexit.
No me cabe la menor duda de que los datos referentes a la situación económica
de la Unión Europea con Inglaterra incluida constituyen una muestra elocuente
de la situación de crisis que padece. Como ya he dicho en anteriores
oportunidades y así ha sido reconocido por importantes economistas, no es
posible tener una moneda común entre países que tienen políticas fiscales y
monetarias independientes. Inglaterra nunca aceptó el Euro, y la Libra hasta el
presente estaba decididamente sobrevaluada respecto al Dólar y al Euro. Por
tanto la presente devaluación no implica un deterioro de la economía británica.
La pregunta pendiente sería ¿Qué economía se perjudicaría más a causa
del Brexit, la inglesa o los países de la Unión Europea? Los problemas económicos
de ambos son muy similares y dependen como bien dijo The Economist del sistema
del Estado de Bienestar, que es una prueba más del fracaso del socialismo. Por
ello el desequilibrio resulta del nivel del gasto público que en Inglaterra
alcanza al 48% del PBI y la consecuente impagable deuda pública. Y esa deuda en
manos de los bancos europeos no ha sido causada ni es alterada por el Brexit,
sino que solo ha hecho tomar conciencia al mundo de la realidad que enfrenta la Unión Europea.
Un aspecto favorable del artículo de The Economist es cuando señala que
muchos de los Nrexikeers (Partidarios del Brexit) reclaman el manto del
liberalismo. En otras palabras tendrían un proyecto de salir del sistema
socialista y reducir el gasto público. Si esa fuera la política a seguir no me
cabe la menor duda de que el Brexit lejos de perjudicar a la economía británica
la mejoraría al salir del socialismo y aplicar el Rule of Law. Y ese hecho
sería asimismo favorable a la Unión Europea. Así saldría de esa concepción
filosófico política que afecta a los países principales de Europa como bien la
describe Stefan Thiel en su “Filosofía Europea del Fracaso” donde dice que en los
colegios de Francia y Alemania se enseña que: “El capitalismo es descripto como
brutal, salvaje, neoliberal y americano”. Y siguiendo con esa tendencia dice: “Los
alumnos aprenden que las empresas privadas destruyen las fuentes de trabajo
mientras que la política del gobierno las crea…Los empleadores explotan y el gobierno protege”.
Independientemente del impacto inmediato de la salida de Inglaterra de
la Unión Europea, no me cabe la menor duda de que si el proyecto es liberal
mejoraría la situación inglesa, lo que tendría un efecto favorable en la Europa
continental. Diferente sería el resultado si el motivo de la separación fuese
la influencia del nacionalismo, como es el caso de la Sra. Marina Le Pen en
Francia o de más socialismo como es el
caso reciente de España con Podemos.
Dicho lo que antecede tampoco estoy de acuerdo con la idea de que el
comercio de Inglaterra con Europa se reduciría como consecuencia del Brexit.
Ello dependería de la política de la Unión Europea al respecto. Al respecto The Ecomomist añade “La Unión
Europea tiene docenas de pactos de comercio que Inglaterra tendría que
sustituir”. Así como no veo la razón de que el comercio con Europa se reduzca pues
el comercio no es la guerra y se hace por mutuo interés, tampoco veo la razón
de que Inglaterra pierda el contacto comercial con los otros países de los
pactos comerciales. Y menos ahora cuando la libra se ha devaluado y se
considera un perjuicio para Inglaterra, cuando en la realidad ello mejora la
competitividad de los productos británicos, y por tanto facilitaría la
capacidad de exportación. Tanto así que en el 2015 Inglaterra tuvo un déficit
de cuenta corriente por valor de u$s126.1millones. Alemania es la que tiene
mayores ventajas competitivas con el Euro y por ello en 2015 obtuvo un
superávit de cuenta corriente por valor de u$s275millones, que representa el
81% del superávit total de la Unión Europea-excluida Inglaterra.
El mundo no tiene que ser un solo país, la globalización en el orden
externo no es más que la consecuencia de que los países olviden a Colbert y
liberen los mercados. Al respecto vale recordar a Adam Smith: “La riqueza de
las naciones vecinas si bien peligrosa en la guerra y la política, es
ciertamente ventajosa en el comercio”. Y este mensaje todo parece indicar que
los europeos lo aprendieron después de la Segunda Guerra Mundial. En el orden
interno tengamos en cuenta a Locke, Hume y los Founding Fathers, y sepamos que
fue a partir del Rule of Law, osea el
respeto por los derechos individuales, iniciado hace tan solo doscientos años,
comenzó la libertad y la creación de riqueza por primera vez en la historia.
Entonces me atrevo a decir que el Brexit más que una decisión es una
noticia que pone al descubierto los problemas que enfrenta la Unión Europea, y
ello ha puesto al mundo en conocimiento de la crisis que enfrenta. Crisis que
la izquierda, siempre presente, considera la crisis del capitalismo. Voy a
insistir en que esa crisis la genera el aumento del nivel del gasto público que
ha tenido lugar en la Unión Europea y ya en Francia alcanza al 57% del PBI.
Tales niveles de gasto público, fácticamente implican la violación de los
derechos de propiedad, y consecuentemente la caída en la inversión y en la
producción. Entre el 2007 y el 2014 la economía inglesa no creció y la italiana
cayó un 8%.
Para terminar voy a volver a citar a Ortega y Gasset en su obra La
Rebelión de las Masas donde dice: “La estatización de la vida, el
intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por el
Estado… La burocratización de la vida produce su mengua absoluta… La riqueza
disminuye” Y no olvidemos la problemática europea de la inmigración. Pero bien
seamos optimista y pensemos que esta mala noticia pueda producir que el
liberalismo gane las elecciones y cambie el sistema.
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