Las 12 razones que mantienen a la Argentina entre las economías más reprimidas del mundo
Daniel Sticco
Es el editor Jefe de Economía Infobae.com. Economista, periodista y consultor de empresas, con más de 30 años de profesión. También es director del Instituto de Estudios Laborales y Sociales de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) y columnista en el programa Sin Saco y Sin Corbata en Radio El Mundo.
Los cambios que introdujo el nuevo Gobierno desde el 10
de diciembre de 2015 no fueron suficientes para provocar un salto de calidad en
el clima de negocios, pese a que no costaba mucho, dado que partió de un punto
de partida singularmente bajo: entre las 17 más reprimidas del planeta, sobre
un total de 186. Ahora subió al puesto 156, con poco más de 50,4 puntos, apenas
por arriba de la mitad de la puntuación de las economías más atractivas, que a
la vez se caracterizan por tener mayores ingresos por habitante, con algunas
excepciones. Un año antes, había caído al puesto 169, con la peor puntuación en
más de 20 años, 43,8 unidades, mientras los líderes superan holgadamente los 80
puntos.
Así surgió de una nueva valuación de los 12 parámetros
que The Heritage Foundation viene haciendo de modo ininterrumpido desde 1995,
en colaboración con The Wall Street Journal, con el resultado del desempeño de
186 naciones en el último año en términos de: Derechos de propiedad; integridad
del Gobierno; efectividad de la justicia; regulación comercial; del mercado de
trabajo; monetaria; el peso del gasto público; carga impositiva; solvencia
fiscal; apertura de la economía; libertad de las inversiones y del movimiento
de capitales.
El informe resalta los cambios implementados por el
Gobierno de Mauricio Macri, como "las reformas en materia de modernización
del Estado; del régimen de importación, la reducción de la inflación, y la
reforma del sistema nacional de estadísticas; junto con el acuerdo con los
acreedores, que ha permitido a la Argentina para acceder a los mercados
internacionales de capital por primera vez en 15 años; y la reducción de los
subsidios al consumo de energía eléctrica y gas".
Sin embargo, el trabajo destaca que si bien "la
economía se ha colocado en una base más sólida, aún queda mucho por hacer en
términos de una mayor reforma institucional y estructural para restaurar
Argentina a sus antiguos niveles de libertad económica", en referencia a
los índices próximos al de las economías más libres que había medido en la
segunda mitad de los noventa.
Entre los factores que contribuyeron a mantener a la
Argentina en una pobre posición, pese a los avances indiscutibles de apertura
de la economía, con el levantamiento del cepo cambiario y a las importanciones;
junto con la eliminación de la mayor parte de las retenciones a las
exportaciones; la normalización de la deuda externa y adhesión a la mayoría de
los tratados y acuerdos internacionales sobre la propiedad intelectual,
"aún persisten las deficiencias en la Ley de Patentes y los regímenes
reguladores de protección de datos. Además, dada la posición minoritaria del
Gobierno en las cámaras legislativas, el ritmo de las reformas para reducir la
burocracia y la corrupción y mejorar la eficacia y la independencia del poder
judicial será lenta".
También mencionan los expertos de Heritage Foundation
como factores restrictivos a una mejor calificación general que "la
presión fiscal global es del 35,9% del ingreso nacional total. El gasto del
Gobierno ha sido de un 38,9% del PBI en los últimos tres años, y el déficit
presupuestario tienen un promedio de 4,8% del PBI", muy superiores al
promedio del resto del mundo.
La Argentina lleva más de 15 años entre las economías con
mayor represión al clima de negocios
Sobre la base de una puntuación media, cada uno de los
186 países calificados en el Índice de 2017 de The Heritage Foundation se
clasifica como: "libres", cuando alcanzan una puntuación promedio de
80 o superior; "mayormente libre" de 70 a 79,9 puntos;
"moderadamente libre" de 60 a 69,9; "mayormente controlada"
de 50 a 59,9; o "reprimido" menores de 50 puntos. La Argentina,
logró, por unas décimas salir del final de la tabla.
Pero dada la decisión política de postergar otro año la
presentación al Congreso de los proyectos de reforma tributaria y laboral,
fenómeno que conspira contra la maduración de los singulares anuncios de
inversión en el último año, cabe esperar que la Argentina extenderá su ya larga
racha de más de 15 años entre las economías con mayor represión al clima de
negocios.
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