Venezuela: Y el viento los amontona
Osvaldo Rolleri Aragón
Investigador, especializado en Seguridad. Corresponsal desde España de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


Al final Maduro aplicando el libro de las tiranías totalitarias (de izquierda), anuló el Parlamento que había dominado la oposición. El objetivo es el de siempre, lograr el poder absoluto, anulando las libertades de todos y eliminando a los opositores, por vía de su cooptación, destrucción pública o eliminación. Cada tirano usa su metodología personal. Kim Hong-un, Jefe de  Estado de Corea del Norte, puede eliminarlos con un lanzallamas, Putín envenenarlos, Erdongan los manda ejecutar, Maduro manda los policías como banda armada y podríamos seguir con la larga lista de “muchachos buenos”.
 
Podríamos decir que forman un sindicato o una secta, donde la esclavización y pauperización de los pueblos es la meta para permanecer en el poder. Como siempre formando una corporación política de empresarios, jueces, emisores de leyes, y reglamentaciones arbitrarias, respaldados por unas fuerzas armadas y policías bien pertrechadas, y con carta blanca para matar o robar. Todo para que se sientan beneficiados por el régimen y contribuyan a su mantenimiento y preservación en el tiempo.
 
Existen distinto tipos y grados de tiranías, o actualmente llamadas dictaduras, desde las que tienen gran peso internacional como Rusia (Putín), donde pudo apropiarse de la península de Crimea y todos se quedaron callados; hasta Cuba como pobre país bananero en América. Como bien sabemos, Castro fue el lugarteniente ruso para desarrollar la ideología, guerrilla y las metodologías para apropiarse de las democracias Latinoamericanas, con representantes políticos, a los cuales se les dijo que se quedarían por el resto de su vida en el poder, siguiendo el ejemplo de Stalin. La metodología fue usada en casi todos los países de su influencia a partir del Foro de San Pablo en 1990 (Googlearlo).
 
Es así, que frente alo hecho por Maduro en Venezuela, surgen por un lado las violentas críticas de los países con democracias más o menos vigentes,Perú, Panamá, Paraguay, Uruguay, Brasil, México, Costa Rica, Colombia, Guatemala; y ni hablar de Alemania, Francia, España y Estados Unidos. Por otro lado los miembros del sindicato (totalitarios), apoyando la anulación del Parlamento. O sea,Putín, Evo Morales, Correa, quelo hizo a través de Unasur (también de izquierda); y luego los tibios como Macri y Bachelet.
 
Lamentablemente, en esas tiranías por más condenas, retiros de embajadores o expulsiones de organismos internacionales, no habrá solución mientras no existan fisuras en las fuerzas armadas internas de esos países. Solo veremos la migración de sus habitantes que es creciente en los últimos años.
 
En resumen, la izquierda no cambia; la violencia y desprecio por las libertades individuales y las instituciones sigue vigente, solo cambian el disfraz y el relato en cada ocasión, para ocultar sus objetivos, que son siempre los mismos y terribles. Pero el cambio se sigue produciendo, y es factible que en algunos años se aleje esa ideología que ha cobrado tantas vidas, y dejado tanta pobreza y atraso, en países cuyos habitantes solo querían trabajar en paz, mejorando el futuro de las siguientes generaciones.
 

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