Sólo policías, es no tener plan de seguridad
Laura Etcharren
Socióloga e investigadora. Especialista en narcotráfico y organizaciones criminales.
La instalación de temas fue, y
es la constante. Primero el derribo de aviones, luego la radarización,
posteriormente la hidrovía y ahora las FFAA. Es que la falta de trabajo de
campo fue habilitando, sostenidamente, errores teóricos que habilitaron errores
prácticos. Tanto es así, que la ausencia de un plan de seguridad y otro de
lucha contra el narcotráfico que confluya parece ser un concepto límite.
El único plan, en Argentina,
son las fuerzas de seguridad. Asentar todo sobre ellas sin tácticas y
estrategias. Movilizarlas, sin siquiera, la inteligencia de piezas de ajedrez.
Los recursos humanos asisten
al manoseo de su profesión. De su preparación.
De su operatividad para trabajar en los lugares para los que se
formaron. Están distribuidos a modo de parches en zonas calientes del interior
del país sin conocer la dinámica territorial. Mientras tanto, las fronteras,
las zonas fluviales, las rutas y otros espacios quedan vacíos frente a la
política de conglomerado que no entendió que más policías representan más inseguridad
cuando detrás no hay una diagramación basada en la investigación y la
inteligencia criminal.
Son, las FFAA, el último
recurso que le queda a la gestión Bullrich para mostrar que no es solo la
improvisación el motor de su gestión. Porque ya no habrá más herencia que
valga. Las impericias generadas en su ministerio son también parte del caos que
nos envuelve.
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Ahora bien, cuantitavimente
crece la lucha contra el Narcotráfico a nivel nacional con un superávit en el
secuestro de marihuana con respecto a otras sustancias como la cocaína y las
drogas de síntesis. Dos mercados que crecieron exponencialmente en los últimos
6 años. En una primera instancia por abulia, negación y reducción al tránsito y
luego, por la ausencia de inteligencia criminal reemplazada por los clichés que
suelen desprenderse de los slogans de vacío.
Asistimos, en Argentina, a la
contradicción slogan/acción. Uno de los ejemplos contundentes en es el
siguiente: #FronterasSeguras. Un slogan que circula en las redes sociales y los
obsecuentes ministros y subsecretarios repiten. Las acciones para la
“concreción” paulatina del slogan han sido:
- Desplazamiento de fuerzas federales al
interior del país.
- Reducción de la Secretaría de Fronteras a
Subsecretaría.
- Ausencia sostenida de inteligencia criminal.
- Y una compra de 4 lanchas israelíes para ir
contra el narcotráfico en la hidrovía en lugar de 40 (por el mismo precio)
de patrullaje que era lo que en realidad se necesitaba.
Frente al estado de la
frontera del slogan se impone, inexorablemente, la lucha contra el
Narcomenudeo. La expresión del Narcotráfico a la que aún no todas las
provincias se atreven a combatir porque ponen, a la Provincia de Buenos Aires,
como referente de un fracaso. No entendieron, o es más cómodo no entender, que
la desfederalización del 2005 solo quedó en una ley que no tuvo ninguna
instrumentación concreta más que la brutal y continua administración del
territorio por parte de la Mala Bonaerense. Una administración agravada al
crearse las insustanciales y mantenidas policías locales, no configuradas desde
la prevención entendida como seguridad, sino como un brazo armado de segunda
que sirvió y sirve, como la tercera vía de la recaudación.
Córdoba, Entre Ríos, Salta,
Jujuy, Formosa y Chaco trascendieron el estigma maldito del llamado fracaso de
PBA. Comprendieron que una ley sin una acción es meramente un marco legal a una
decisión política que, si no se ejecuta a través de un organismo concreto o un
diseño preciso, no alcanza para comenzar con la recomposición de los barrios
desconfigurados a partir de la instalación de la droga.
Casi todas las provincias
mencionadas trabajaron con astucia. Con tácticas y estrategias. Sabían que
debían salvaguardar sus territorios de la droga debido a que las medidas
nacionales eran insuficientes y solo cuantitativas. De hecho, son provincias
que lograron asimilar que el Narcotráfico se consagró en la Argentina con la
instalación del Narcomenudeo en los barrios y que ubicación geográfica, la
seguridad en Argentina, comienza en la frontera.
Excepto Chaco y Entre Ríos que
aún no logran visualizar un eje, el resto de las provincias articulan una lucha
efectiva con proyecciones positivas.
También lo hace Río Negro a
pesar de no haber desfederalizado y encara Santa Fe un proceso de debate
necesario, aunque peleado, por luchar contra el narcomenudeo.
Al cierre de éste breve artículo, el tratamiento del narcotráfico como un
laboratorio prueba/error continúa su curso. Mientras tanto, la matriz
subterránea del mismo permanece intacta. Y la seguridad, que en nuestro país
comienza más que en otros en la frontera, depende del desborde la criminalidad.
Por eso mismo, con menos slogans y con más gestión por conocimiento del
terreno, muchas provincias tomaron sus propias medidas para protegerse. Buscan
configurar un anillo de acero. Sin el desborde del detalle por figurar en redes
y con la claridad de que una banda, red y organización no son lo mismo y que se
desbaratan cuando están todos presos, y no solo 3 de sus miembros.
Las provincias son hoy, aunque moleste y pese, las que sostienen la
seguridad del país con trabajos de calidad en donde la cantidad es un
desprendimiento natural de la lucha.
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