Ultimatum
Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
¿Qué es Cambiemos? La
definición más ortodoxa la calificaría de “formación política”, integrada por
la Propuesta Republicana (PRO), la Coalición Cívica (CC) ARI, la Unión Cívica
Radical (UCR), el Partido Demócrata Progresista (PDP) y otras asociaciones políticas.
Era el 2015.
La Dra. Elisa Carrió,
Lilita, se puso al hombro la conformación de Cambiemos. Se olvidó del “Macri es
mi límite” y, suponemos que, ante el horror de las fórmulas de los K, decidió
ayudar a armar algo que pudiera enfrentarse al abismo. Seguro que costó, pero
se pudo. Cambiemos ganó.
Los que votamos a Cambiemos, lo hicimos
esperando el cambio prometido. Al asumir, la situación era desesperante; el
gradualismo le ganó al sentido común, o la sensibilidad social le ganó a la
ortodoxia económica. El resultado fue malo. La ayuda del FMI, nos mantiene a
flote.
Esta semana, a flote.
Pero hay algunos aspectos muy importantes, que sí, cambiaron. Entre ellos parte
del poder judicial. Algunos fiscales investigaron de verdad al gobierno
anterior; un juez, Bonadío y un poco algunos más, toman medidas serias sobre la
corrupción de los K.
La aparición de los
cuadernos de las coimas (Oscar Centeno), seguidos de las cataratas de
empresarios y funcionarios arrepentidos, hicieron el resto. Bonadío pidió el
desafuero de CFK al senado, Picetto lo negó. Y él es que dirige el nutrido
grupo de senadores PJ, que sumados a los de CFK, impiden el desafuero.
Recordemos que Menem, condenado, es senador.
En este ambiente
enrarecido, el ministro de Justicia Germán Garavano, se expresó de manera muy
inconveniente. “No es bueno el desafuero y la detención de un ex presidente,
siendo que se puede dar explicaciones en el marco de un juicio oral”. Garavano
interviene en el poder legislativo.
Puede que los
periodistas (¡cuando no!) lo sacaran de contexto, pero aun así, fue la
intervención del poder judicial en otro poder. No debe, no puede. Lilita,
nuestro *Catón, siempre se necesita un Catón,
amenaza con pedir juicio político al ministro, y le manda un ultimátum
al presidente.
Dijo: “La República
está sumamente herida por un sector del gobierno que por conveniencia política
no desea verdad, justicia y condena”. “…necesidad de que Cambiemos cambie o no
cambiará la historia”. “Una de las condiciones que construyó Cambiemos fue el
fin de la corrupción y la impunidad para siempre”. “Si el Presidente no revisa
todas estas cuestiones, quizás me pierda como su aliada en Cambiemos”.
¿Amenaza?
Lilita ayudó y mucho, a
formar Cambiemos; Lilita puede dinamitar Cambiemos. El problema es serio.
Grave. ¿Garavano habló por su cuenta o en nombre del gobierno? ¿Es cierto que a
Macri no le conviene que CFK esté presa en un año electoral? Lenín decía que
para conseguir adeptos había que generar mártires, Durán Barba debe haber leído
a Lenín. CFK presa, es una
mártir para sus seguidores.
Por otro lado, ¿puede,
debe una diputada famosa amenazar al Presidente? La pregunta es para la
ciudadanía. Y hoy, justo hoy, se declara la causa del ex Presidente Menem,
perimida, 23 años exceden el tiempo legal de la condena. El senado tiene ahora
sólo un problema con los fueros.
Los pretextos del
senador Picetto se achican. Ya no tiene dos ex presidentes requeridos por la
justicia, le queda sólo una. ¿Qué hará el senado con el pedido de desafuero a
CFK? Si el senado lo rechaza sin la bendición del PRO, Lilita no podrá objetar.
¿O sí? El tiempo dirá.
Para el diccionario,
“ultimátum” es: decisión definitiva que suele ir acompañada de una amenaza en
la que una persona le da un plazo a otra persona para que haga o deje de hacer
algo. Se usaba en diplomacia, aunque es poco diplomático y aparece en el DRAE
recién en 1834.
Utilizado por regla
general en situaciones bélicas, gracias a Lilita, ahora se incorpora a la vida
política democrática, esperemos que no como algo normal. Y en cuanto a
Garavano, creemos que las imprudencias a nivel ministerial deben pagarse con el
cargo. No sólo Lilita, los ciudadanos de a pie quieren “juicio, castigo y
DEVOLUCIÓN”. Macri, ¿querrá escuchar?
*Caton: Marco Poncio
Catón, político y militar romano, ocupó
el cargo de “Censor” de la República, 234-149 a.C
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