Sin adaptación tecnológica: ¿cuál dignidad?
Eduardo Riveros
Periodista y analista programador, ha publicado sus columnas y entrevistas en Venezuela Analítica, El Universal, Diario Región,Petroleumworld.com y El Nacional de Venezuela y en The Huffington Post de Nueva York. Actualmente es colabora en Planeta Chatbot de Madrid y emprende en el ámbito de la informática e inteligencia artificial.


            La bandera de la dignidad ha sido enarbolada por millones de chilenos, quienes esperanzados vislumbran un futuro mejor.
            Por otra parte, Chile no es una isla, y el mundo está avanzando a pasos gigantescos hacia una nueva sociedad, potenciado por los efectos del coronavirus, la que ha  impulsado  la ciencia y tecnología, donde el espíritu colaborativo ha sido eje en el despliegue de las vacunas y diversos tratamientos experimentales para combatir la pandemia.
            El camino que están tomando las naciones desarrolladas es encauzar su desarrollo con políticas orientadas a la apertura de las puertas de la transformación digital, sin embargo, otros países, sin un gran producto interno bruto e ingreso per cápita, hacen esfuerzos para adecuarse a los tiempos.
            Por ejemplo, Barbados está planeando abrir una embajada en el metaverso, que son comunidades digitales que emulan al mundo real, donde empresas tradicionales en el mundo tecnológico como Facebook ( Meta) y Nvidia, están trabajando en este ecosistema, al igual que otras iniciativas que han nacido bajo el eje blockchain, como Decentraland o Cryptovoxels.
            En El Salvador, se anunció el Bitcoin como otra moneda de circulación oficial y próximamente verá la ejecución de la Ciudad Bitcoin, el que promete ser sustentable y amigable con el medio ambiente, ya que usarán la fuerza de los volcanes para proveer energía, siendo una propuesta urbana- futurista de las más prometedoras del último tiempo.
            En Bolivia fabrican baterías basadas en litio, en Argentina la Universidad de Buenos Aires, está formando a los abogados en un programa académico masivo de inteligencia artificial, y Medellín se ha convertido en una de las ciudades más reconocidas como “hub” de innovación.
            Sobre Chile se dirá que existen propuestas interesantes, y que el plan nacional de inteligencia artificial puede trazar una ruta tecnológica, también que la irrupción de la red 5G, o el intercambio intelectual que se dan en el congreso futuro nos acerca al mundo tecnológico y académico del primer mundo, sin embargo, a nivel de la macrosociedad, la preocupación es otra.
Una verdadera revolución en la calidad de vida de los chilenos, pasa por aterrizar en términos concretos lo que se quiere como país y sociedad…¿educación de calidad?...si pensamos en aplicar inteligencia artificial, realidad virtual, realidad aumentada, o blockchain, en las aulas, ese sería el camino….y mejor si se intensifica las horas de enseñanza de matemáticas y ciencias, y también la enseñanza del inglés ( pero no inglés para formar técnicos que sepan leer manual de instrucciones), sino el “verdadero” el que  enseña hablar y escuchar.
            Si no nos adaptamos como sociedad a paradigmas del siglo XXI, existe el peligro que parte importante de la sociedad se convierta en “commodities”, y que el futuro estallido social sea protagonizado por millones de personas frustradas que no se adaptaron al cambio. 
 

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