La frontera norte
Ricardo Runza

Ingeniero Aeronáutico y Magíster en Defensa Nacional.



En los países serios ni el Ejército ni la Armada son una Guardia Fronteriza ni Costera y éstas no son nunca una Policía. Cada institución tiene una misión y una función. No se las distorsiona ni corrompe. Estas diferencias de rol son más fuertes en países federales. No significa “no cooperación”.
En EE.UU., el North American Aerospace Defense Command colabora con el control de la frontera aérea. El Ejército no cumple ningún rol en la frontera con México. La Guardia Costera no cumple funciones policiales en Nueva York. Lo hace el Departamento de Policía de esa ciudad. Es impensado allí lo que hoy aquí se hace. Un “populismo” de la seguridad.
Enfrentar al narcotráfico requiere seriedad. No tiene solución si no se parte por entender que esta amenaza es una que impacta desde el exterior y por lo tanto requiere que la acción comience fuera de nuestras fronteras y el muro debe estar en ella, no en la casa de un vecino.
No hay nada más contundente que Rosario o el Conurbano bonaerense para mostrarnos que a más gendarmes, nada cambia. Reiterar el fracaso no puede ser una opción. Se percibe en los discursos un asesoramiento errado. Los narcos lo saben.
Los precandidatos deben indicarnos hasta dónde están dispuestos llegar. ¿Podemos permitir que desde México, Colombia, Ecuador, Perú y sobre todo desde Bolivia y Paraguay nos inunden de droga y conviertan nuestras ciudades en ámbitos de violencia y muerte?
La poca eficacia de estos Estados nos perjudica. No podemos seguir así. Con Bolivia y Paraguay se tienen amplios límites fronterizos ¿Se está dispuesto a incrementarles los costos a su comercio internacional por nuestras vías si no se logran acuerdos y acciones concretas binacionales contra el narcotráfico?
Acuerdos más ágiles de extradición de personas, de aplicación de la ley combinada, entre poderes judiciales y ministerios públicos fiscales y acción operativa combinada bajo tutela judicial. El narcotráfico en Argentina tiene ramificaciones de comando desde las cárceles de Brasil. Esto tampoco puede seguir así.
Es claro que aquí tenemos problemas con la aplicación de la Ley. ¿Se puede mejorar? Sí, ésta es una de las claves. El narcotráfico requiere actuar con civilización. Los precandidatos deben indicarnos si están dispuestos a actuar bajo la ley o la barbarie. Hoy el discurso se percibe confuso. El libertinaje penitenciario hay que acabarlo. Aquí habría un consenso en el Qué, no muy bien en el Cómo. Menos, en el gasto.
Cada gobernador debe hacerse cargo de su provincia. Las que se comportan como Estados fallidos deben revertir su situación con cambios estructurales. Esto implica reformas institucionales y cambios en el sector seguridad. El Estado nacional debe fomentarlos.
Sin embargo, nadie tiene bien en claro el diseño de esas reformas ni qué cambiar. Hay peligro de que esto se reduzca a un eslogan más. Santa Fe y Buenos Aires tienen que encarar este desafío sin dilaciones.
La inseguridad y el narcotráfico local son consecuencia del modelo de provincia. Si no, la única opción es la intervención federal. Esto aparece confuso cuando los precandidatos le hablan a santafecinos y bonaerenses. Un presidente tiene limitaciones.
Si estas definiciones parecen difíciles, más lo es abordar cuánto estamos dispuestos a gastar en total. El sector seguridad argentino gasta al año de manera consolidada un estimado de 5 puntos del PBI. Y aquí aparece la Frontera Norte. La Línea Maginot que no podemos dejarla tal como hoy está. Son miles de kilómetros de frontera terrestre, fluvial y aérea.
Requiere de una arquitectura tal como la que tienen Israel y Turquía en sus muy complicadas fronteras. La nuestra es también complicada. No limitamos con Suiza.
Es necesario incorporar muros físicos y tecnológicos en terrenos difíciles y hasta con ciudades donde la frontera es apenas una pared de una vivienda. Necesitamos capacidad de interdicción fluvial, terrestre y aérea, infraestructura, equipos, vehículos y mucho más.
Es necesario cambiar nuestra visión operativa. No se puede mal gastar dinero. Hay drones con autonomía de más de 15 horas de vuelo. Hay que hacer un “clic” porque no estamos viendo lo que necesitamos.
La compra de aviones que hizo el ministro Jorge Taiana a Noruega es una muestra que estamos estancados en el pasado. La frontera norte requiere además un gasto de operaciones y mantenimiento muy importante en Defensa y Seguridad Interior.
Ambos ministerios necesitan reformas orgánicas y de diseño de fuerza; Seguridad Interior debería adoptar un formato similar al Homeland Security Department de los EE.UU. si quiere tener capacidad de brindar prevención, respuesta y mitigación.
Además, es necesaria otra definición crucial. ¿Cuán rápido debemos ir? ¿Tenemos tiempo para encarar desarrollo de tecnología aplicada? ¿Hay que recurrir un 100% al mercado? ¿Existe alguna posibilidad de tener soluciones combinadas? Nos corren los muertos y los adictos.
China fue a la Guerra del Opio contra el Imperio Británico cuando hasta su Emperador era un adicto. ¿En qué situación nos encontramos?
Todo necesita definiciones, pero también se reduce a un número. ¿Un punto adicional de PBI? Definir hasta dónde estamos dispuestos llegar y cuánto estamos dispuestos a invertir, aun en la actual situación económica, es de vital importancia si se quiere proyectar una imagen de seriedad y de idoneidad para ser el próximo Presidente de la Nación. Hoy solo hay eslóganes. El desafío que tienen los candidatos es enorme.


Publicado en Clarín.

 

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