El Frankenstein español y América Latina
Emilio Martínez Cardona
Escritor y analista político.


Contrariamente a lo que se auguraba, España no logró un resultado claro en sus elecciones generales del domingo, manteniéndose en una incertidumbre que también nos alcanza en América Latina, habida cuenta de la protección que la “Coalición Frankenstein” liderada por Pedro Sánchez ofrece a los populismos autoritarios de la región.

Si bien el Partido Popular (PP) creció y se instaló como primera fuerza, Vox disminuyó su caudal, con lo que la posibilidad de conformar una mayoría absoluta entre ambos se desvanece. Aunque a los parlamentarios de Vox debemos agradecerles infinitamente la preocupación y las gestiones por los presos políticos en Bolivia, la estabilidad en Perú y la transparencia en Colombia, lo cierto es que si la “Coalición Frankenstein” logra reproducirse en el poder, será en gran medida por la intransigencia centralista de esa formación, que se niega a coexistir en un gobierno —o siquiera en un acuerdo de investidura– con nacionalistas moderados de centroderecha, como el Partido Nacionalista Vasco (PNV) o Coalición Canaria.

Entretanto, el sanchismo baraja planes para hacerle nuevos agregados al monstruo de extrema izquierda y separatismos inconstitucionales en el que se ha ido convirtiendo su gobierno, esta vez con Carles Puigdemont, eventualmente a cambio de una amnistía, un precio que Pedro Sánchez pagaría gustoso con tal de mantenerse en el poder, aunque esto signifique reactivar la vía soberanista unilateral en Cataluña. Pero no está claro que eso sea suficiente, por lo que el PNV vuelve a ser el fiel de la balanza.

Para el PP, una alternativa sería negociar un acuerdo de investidura con un grupo de barones regionales del PSOE (socialistas) que estén dispuestos a destronar a Sánchez, algo que por el momento no parece muy probable. Una operación política de esa envergadura, positiva para la salud sistémica de la democracia española, requeriría tal vez un diálogo de alto nivel entre los ex presidentes José María Aznar y Felipe González.

La formación de un gobierno de centroderecha en España es vital para fortalecer los planes europeos de un nuevo acercamiento hacia América Latina, a la que por mucho tiempo se ha dejado en manos de la tríada China-Rusia-Irán. Planes que incluyen un fondo de 45.000 millones de euros para inversiones y desarrollo, que pueden ayudar a mover la aguja regional, no sólo en lo económico sino también en lo político.
Claro que por estos lados habrá quienes prefieran seguir alineados con el club de las dictaduras globales, con los “capitales corrosivos” chinos y con los drones de los ayatolas, los mismos que Putin utiliza contra el pueblo de Ucrania.

Publicado en Los Tiempos.









 

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