Alberdi y la afirmación de la libertad para emprender
Javier Cubillas
Analista de Asuntos Públicos, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


El 29 de agosto se conmemora el día del abogado en homenaje a Juan Bautista Alberdi y su aporte al ideario constitucional y administrativo de nuestro país. Pero muy pocas veces se reconoce el aporte realizado a la visión económica y social de la época pero también pensando en el futuro y las nuevas generaciones.

A estos fines, es bueno recuperar la lectura de una obra en que la busca dejar plasmadas algunas ideas que hoy resuenan en algunos dirigentes, pero como siempre ocurre en materia de ideas, alguien ya las expresó y dejó como legado escrito para la posteridad.

La obra de Alberdi, recomendada, se denomina La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual. Esta obra en formato de discurso, es una lectura realizada en la Universidad de Buenos Aires, en la Facultad de Derecho, en el año 1880 cuando se le reconoció con un título honorífico por su aporte político y legal.

Ya eran sus últimos años, no estaba bien de salud, así que gran parte del texto fue leído por uno de sus amigos. Pero fue tal el impacto en su momento de esta locución y el mensaje que llevaba que no dejó a nadie sin opinión al respecto.

Para tomar relevancia del mismo, y aconsejando su lectura completa, rescatamos dos frases entre muchas que poseen un valor político innegable y que es esperable que se rescate y difunda para volver a entender que pensaban nuestros mejores hombres en materia de derecho y política.

Así, las dos frases hacen foco en aspectos que hoy se discuten en distintos ámbitos, desde distintas perspectivas, pero todas buscando dar respuestas para mejorar nuestro futuro.

La primera frase de Alberdi que tomamos del discurso expresa que: “Todos los crímenes públicos contra la libertad del hombre, han podido ser cometidos, no solo impune, sino legalmente en nombre de la Patria omnipotente, invocada por su gobierno omnímodo. La libertad del hombre puede ser no solamente incompatible con la libertad de la Patria, sino que la primera puede ser desconocida y devorada por la otra. Son dos libertades diferentes, que a menudo están reñidas y en divorcio. La libertad del hombre es la independencia del individuo respecto del gobierno, de su país propio"

Y la segunda frase expresa que: “Si más de un joven, en vez de disputarse el honor de recibir un salario como empleado o agente o sirviente asalariado del Estado, prefiriese el de quedar señor de sí mismo en el gobierno de su granja o propiedad rural, la patria quedaría desde entonces colocada en el camino de su grandeza, de su libertad y de su progreso verdadero.”
Las dos frase anteriores nos hacen reflexionar sobre la idea de libertad y su ejercicio cotidiano. No hay que pensar más que en la vida política municipal y provincial, para ya evaluar, cuánto de nuestra libertad es regulada y queda sujeta a decisión administrativa. Ni hablar entonces de las decisiones que se pueden tomar desde el ámbito nacional que impactan al total del pueblo y sus connotaciones no siempre positivas, o restrictivas, respecto a la actividad de comercio, de seguridad, o economía y financiamiento.

La segunda frase que se enfoca en el fututo de nuestros jóvenes, da cuenta de la importancia de la innovación en el ámbito social y económico, en la expansión del ámbito de la sociedad civil, del cambio de perspectiva para dejar de pensarnos a partir del Estado y hacerlo a partir de nuestras propias fuerzas y capacidades para emprender y ser actores de nuestro propio destino.

Por esto, y a partir de las dos frases anteriores es dable reconocer a Alberdi, cada 29 de agosto, como un pensador que nos aportó mucho más que un andamiaje legal y en varias de sus obras podemos encontrar una perspectiva de desarrollo emprendedor y de libertad personal que no debería dejarse de lado.

 

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