No, Estados Unidos no está experimentando un aumento sin precedentes de la inmigración
David J. Bier
Analista de política migratoria en el Centro para la Libertad y la Prosperidad del Cato Institute. 


La Oficina del Censo publicó este mes su estimación más sólida de la población inmigrante de Estados Unidos, y pone en duda una crítica central de los republicanos al presidente Joe Biden: que la inmigración se ha salido de su control bajo su mandato.
De hecho, los nuevos datos –analizados por nuestro equipo del Instituto Cato– indican que el número de inmigrantes sigue estando 2 millones por debajo de las predicciones de la Oficina del Censo para 2017. La retórica hiperbólica debería pasar a un segundo plano frente a los datos verificables.
Por ejemplo, Stephen Miller, ex asesor del presidente Donald Trump. En julio de 2022, ya había anunciado que el presidente Biden había "erradicado las fronteras de su propia nación".
Por supuesto, se trata de una teoría conspirativa absurda. Las fronteras dividen las jurisdicciones gubernamentales, que huelga decir que no han cambiado, y no tienen nada que ver con el número de personas que las cruzan. Pero los nuevos datos del Censo hacen que esta afirmación resulte ridícula por otra razón: la población inmigrante sólo ha aumentado marginalmente.
La proporción de inmigrantes en la población estadounidense es sólo del 13,9%
Según la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (el minicenso anual de la Oficina del Censo), la proporción de inmigrantes en la población estadounidense aumentó sólo 0,3 puntos porcentuales entre julio de 2021 y julio de 2022, alcanzando el 13,9%.
Si un cambio de 0,3 puntos porcentuales puede erradicar a Estados Unidos como país, la administración Trump debe haber dejado a Estados Unidos en peor forma de lo que nadie pensaba. Afortunadamente, es la retórica política la que está en peor forma, no el país.
La población inmigrante sí creció en casi un millón de personas de julio de 2021 a julio de 2022. Pero considere el contexto. En 2017, el Censo predijo que el año pasado la población inmigrante habría crecido en 3,6 millones. En realidad, creció en 1,7 millones, menos de la mitad de lo que predecían los modelos.
Que la población inmigrante no se reduzca como quiere Miller no significa que Estados Unidos haya dejado de existir.
En una escala temporal más larga, es evidente que la última década ha visto un crecimiento inusualmente lento de la inmigración. De hecho, en el periodo comprendido entre 2012 y 2022 se registró un crecimiento más lento de la proporción de inmigrantes en la población que en las décadas de 2000, 1990, 1980 y 1970. Hay que remontarse hasta la década de 1960, cuando la población inmigrante en realidad se redujo, para encontrar una tasa de crecimiento más baja.
Estados Unidos tampoco es inusual en comparación con otros países de su entorno. Estados Unidos también se sitúa en el tercio inferior de los países ricos en cuanto al porcentaje de población inmigrante. De hecho, Estados Unidos es cada vez menos competitivo para los trabajadores inmigrantes.
Cómo perjudica a Estados Unidos la escasez de trabajadores
Los nuevos datos del Censo son mucho más importantes que otras estimaciones sobre inmigración. La Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense recoge información sobre una parte masiva de la población de Estados Unidos, lo que evita importantes errores de muestreo, y contabiliza no sólo el número de inmigrantes que llegan, sino también el de los que son deportados, se marchan por su cuenta o mueren.
Los nuevos datos desmontan la versión de que Estados Unidos está experimentando un aumento sin precedentes de la inmigración. Además, dado que nos enfrentamos al crecimiento demográfico más bajo de la historia de Estados Unidos, un descenso atribuido en gran medida a que los estadounidenses tienen menos hijos, la proporción de inmigrantes en la población debería tener naturalmente un mayor impacto. Pero incluso en estas condiciones, la proporción de inmigrantes está creciendo al ritmo más lento que hemos visto en una generación.
Por supuesto, el número de inmigrantes también ha aumentado en el último año, pero las nuevas cifras del Censo muestran que tenemos mucho margen de crecimiento.
En cualquier caso, la preocupación más general no es sólo contrarrestar la retórica inflada, sino abordar los retos económicos muy reales a los que se enfrenta Estados Unidos debido a la ralentización del crecimiento demográfico. Nos enfrentamos a una enorme escasez de mano de obraun descenso vertiginoso de la proporción entre trabajadores y jubilados y un preocupante éxodo de trabajadores cualificados a países como China.
¿La solución? Necesitamos personas. Necesitamos trabajadores de todos los niveles de cualificación para impulsar nuestra economía, apoyar el envejecimiento de nuestra población y mantener nuestra ventaja competitiva global. Los inmigrantes han desempeñado históricamente, y pueden seguir haciéndolo, un papel crucial para colmar estas lagunas.
Aunque es natural entablar debates sobre la política de inmigración y sus implicaciones, es esencial que estas discusiones se basen en hechos y no en ficción. En lugar de alarmarnos por las exageradas afirmaciones sobre el borrado de fronteras, deberíamos centrarnos en elaborar políticas que se ajusten a nuestros intereses y valores nacionales y a la realidad que reflejan los datos.
Al fin y al cabo, Estados Unidos prospera cuando acoge, integra y aprovecha las diversas capacidades y perspectivas que los inmigrantes aportan a nuestras costas.
Este artículo fue publicado originalmente en USA Today (Estados Unidos) el 3 de octubre de 2023 y en Cato Institute.

 

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