Estudio de campaña electoral: Si los partidos fueran marcas, no los compraría nadie
Diego Dillenberger
Director de la revista Imagen y conductor de La Hora de Maquiavelo.


En Santa Fe, Juntos recibió el domingo pasado en las PASO provinciales una paliza histórica por parte de Unidos. ¿O no era al revés y Juntos por el Cambio había arrasado con Unión por la Patria?
Bueno, el asunto es así: Unidos (para Cambiar Santa Fe) le ganó por paliza a Juntos (Avancemos). Juntos Avancemos es la versión provincial de Unidos por la Patria, que hasta hace unas semanas se llamaba Frente de Todos, que antes de 2019 era Unidad Ciudadana. Unidad Ciudadana era lo mismo que antes se llamaba Frente para la Victoria, pero solo hasta 2017, porque en 2015 el Frente para la Victoria perdió, así que tachó la parte de “victoria”. Y el Frente para la Victoria antes era el Partido Justicialista -o peronista, pero cambió de nombre cuando fue tomado por la familia Kirchner.
Por eso no hay que confundir a Unidos con el peronismo: Unidos, en Santa Fe es casi lo mismo que Juntos por el Cambio, solo que ahora incluye a los socialistas, aunque ya no más a la Coalición Cívica, que fue por otro lado: o sea, no tan juntos, así que sacaron la parte de “Juntos”. Pero no hay que mezclar: Juntos -a secas- vendría a ser lo mismo que Juntos por el Cambio, pero del otro lado de la avenida General Paz, donde ya no está el “Cambio” en el nombre.

A no confundir

Tanto Juntos como Juntos por el Cambio antes eran Cambiemos hasta 2019, solo que Cambiemos perdió, porque no pudo cambiar mucho, así que mutó en Juntos por el Cambio o solo Juntos, dependiendo del lado que le toque de la avenida que divide la Ciudad Autónoma de la provincia de Buenos Aires.
Un estudio de la campaña electoral consideró que si los partidos fueran marcas, no los compraría nadie
Pero, a nivel nacional, los de Juntos por el Cambio tomaron la decisión casi revolucionaria de -por esta vez- no innovar y no cambiar de marca para estas elecciones presidenciales, ya que les fue bien con ese nombre en las legislativas de 2021.

Todo muy claro y sencillo

“En su afán por dejar atrás sus malas experiencias, esas marcas inventadas de los partidos políticos en la Argentina tratan de esconder también todo lo ideológico”, explica Alberto Arébalos, CEO de la consultora de comunicación Milenium Group, que tiene sedes por toda América Latina y asesora a grandes empresas en materia de reputación.
El argentino-estadounidense recuerda que el Partido Demócrata y el Republicano se llaman igual desde hace más de dos siglos en su país de elección, “y hasta siguen usando los mismos símbolos del burrito (los demócratas) y el elefante (los republicanos). Eso dice algo de la solidez de sus instituciones”, dice Arébalos comparando con la ensalada de marcas políticas que vienen digiriendo los argentinos en los últimos 40 años de democracia.
Arébalos sigue siendo hincha fanático de Boca Juniors aun desde Miami, donde vive desde hace más de una década, y se siente aliviado de que su cuadro no haya cambiado de nombre, aun cuando el último torneo lo ganara su eterno rival, River Plate.
Arébalos visita asiduamente la Argentina y la semana pasada viajó a su ciudad natal, Buenos Aires, para presentar un “Indice Inverso de Reputación” de las tres principales agrupaciones políticas en pugna en las elecciones presidenciales argentinas que elaboró su agencia de comunicación.

Las conclusiones del informe inverso de reputación de los partidos políticos

Si los partidos políticos argentinos fuesen marcas de productos en la góndola de un supermercado, no los compraría nadie, porque su reputación es mala.
El “Inverse Index” de Milenium Group es una “escucha” de la conversación sobre la política argentina en las redes sociales en el trimestre abril, mayo y junio. Analizaron más de dos millones de comentarios por parte de casi medio millón de usuarios.
Aclaran que el análisis por grado de negatividad en el que hace punta el peronismo -que en la mitad del estudio cambió de Frente de Todos a Unidos por la Patria- no pretende ser un pronóstico sobre las próximas elecciones.
De hecho, la precandidata Carolina Losada tuvo durante la campaña santafesina mucho más impacto en medios y redes sociales que su rival, el exministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, que le terminó ganando a la senadora y experiodista por más de diez puntos.
Un estudio de la campaña electoral consideró que si los partidos fueran marcas, no los compraría nadie
Pero la “escucha” de las redes sociales coincide con datos que miden los encuestadores de todos los colores políticos desde hace tiempo: tres de cada cuatro argentinos sienten rechazo o desprecio por la política y la categoría “los políticos”.
El análisis inverso de reputación de la política argentina no hace más que confirmar que la mala imagen de la política está llevando a niveles antes inimaginables de ausentismo en las elecciones provinciales y la última legislativa nacional y a un notable crecimiento del voto en blanco.

La política argentina es lo opuesto a su mundialmente admirado fútbol

Los cuadros mantienen sus marcas y colores aunque pierdan. Los hinchas de los clubes que pierden se vuelven tristes a sus casas, pero no cambian de equipo, aunque descienda de categoría.
Marcas centenarias como Ford o Mercedes no pensarían cambiar de nombre aunque lanzaran un modelo sin éxito en el mercado. ¿Pensarán los políticos argentinos que pueden despegarse de su responsabilidad en el fracaso económico y social del país de las últimas décadas simplemente cambiando sus marcas?
¿Logrará el “rebranding” del Frente de Todos por Unión por la Patria que los votantes se olviden de que duplicó el nivel de inflación con el que arrancó su gestión y empujó a más de cinco millones de argentinos debajo de la línea de pobreza?

“Unión por la Patria recibe muchos insultos y su imagen decae en forma constante a un ritmo moderado”, explica el informe sobre el antes llamado Frente de Todos. “Al momento de finalización del análisis, su reputación fue la peor, con 41 puntos”, analiza.
“Juntos por el Cambio tiene muchos insultos por parte de los seguidores de UP y La Libertad Avanza y su interna genera muchas controversias”, explica y remarca que es la agrupación que más conversación genera en las redes, duplicando a UP y cuadruplicando al partido del economista libertario Javier Milei. Su “mala reputación” bajó de 42 a 36 puntos entre el arranque y el cierre del trimestre analizado.
Por el contrario, La Libertad Avanza arrancó bien, “pero cayó en picada” al compás de las derrotas y ausencias en las elecciones provinciales y los escandaletes ventilados en los medios sobre presunta venta de puestos en las listas y el armado de candidaturas que habría “tercerizado” en manos del Frente Renovador del ministro Sergio Massa.
El informe aclara que LLA es el espacio que termina con mejor reputación de los tres en las redes sociales, pero con un verdadero derrumbe de más de 30 puntos entre el arranque y el cierre del análisis de la conversación en redes sociales.
Estos números parecen coincidir con el de la mayoría de los encuestadores, que veían en abril que parecía configurarse un escenario de “elección de tercios”, como admitiera en su momento la propia vicepresidenta Cristina Kirchner, y que ahora ven un retroceso de las mediciones de los libertarios.

Pero a pesar de la influencia de las redes sociales en formar la opinión pública, el informe de Milenium Group termina reconociendo que “los medios son los principales promotores y los de mayor influencia en la cobertura de las coaliciones”. También resalta que el suceso que más afectó la reputación de cualquiera de las agrupaciones que analizó fue el rebautismo del Frente de Todos a Unidad por la Patria.
Cada vez queda más claro que en la Argentina también el marketing político cayó debajo de la línea de pobreza.

Publicado en TN.





 

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