Entre el batacazo de Javier Milei y la inflación, los argentinos se encariñan con la dolarización
Diego Dillenberger
Director de la revista Imagen y conductor de La Hora de Maquiavelo.


 
 
El dólar avanza: el batacazo que dio en las elecciones primarias del 13 de agosto La Libertad Avanza, el partido de Javier Milei, no solo hizo subir la cotización del billete verde en las pizarras de la City porteña, sino que también empezó a avanzar en la opinión pública argentina como alternativa al peso. Los argentinos empezaron a mirar con más cariño una dolarización, como la que tiene como propuesta central la plataforma del economista despeinado, según las primeras encuestas postelectorales.
 
Mientras que en mayo la balanza de la opinión pública se inclinaba ligeramente en contra de una dolarización (43,5 por ciento contra 41,1 por ciento a favor), un nuevo sondeo nacional de FGA, la encuestadora de Federico González, muestra que los platos de esa balanza se invirtieron después de la sorpresa que dio Milei en las PASO ubicándose en la “pole position” de la pelea de tercios por la presidencia. Ahora los dolarizadores serían 47 por ciento, contra un 42,4 por ciento de “pesificadores”.
 
Los candidatos y la dolarización
Para Patricia Bullrich, coronada en las Primarias candidata presidencial de Juntos por el Cambio, el desafío de la dolarización y el enamoramiento de muchos argentinos con el billete verde puede terminar ahora jaqueando su estrategia de campaña electoral. La encuesta de FGA muestra que sus votantes “dolarizadores” pasaron de 30 por ciento, en mayo, a 37 por ciento, después de las PASO. La idea de la dolarización avanza en una economía ya al borde de una inflación de dos dígitos mensuales.

 
 
Incluso crecieron notablemente los “dolarizadores” dentro del espacio de los votantes del propio Sergio Massa: de 5,7 por ciento a 14,6 por ciento. El único que bajó algo la intención de dolarizar entre sus seguidores, curiosamente, es el propio Javier Milei: de 86,4 por ciento, a favor de la dolarización ahora está “solo” el 73,2 por ciento de sus votantes.
 
Para Federico González, autor de la encuesta, la “desdolarización” aparente de los seguidores de Milei de agosto contra mayo hay que entenderla con que al final el “León” recibió muchos más votos que los que habían medido los encuestadores, “y esos nuevos votantes de Milei, antes inconfesos, podrían ser ideológicamente menos liberales que los seguidores iniciales”, explica.
 
A González, le caben “las generales de la ley”, porque también había medido a Milei antes de las PASO en 24 por ciento, bastante lejos del 30 por ciento que obtuvo el economista libertario: falló como todos sus colegas, sin excepción, a la hora de sondear la intención de voto al líder de La Libertad Avanza.
 
Pero con 37 por ciento de “dolarizadores” en sus propias filas, se complica el discurso electoral de Juntos por el Cambio de que dolarizar no sería buena idea para resolver la inflación crónica de la Argentina, como propone Milei.
 
Patricia Bullrich, Carlos Melconian y la dolarización
Bullrich, que todavía no pudo jugar su carta económica fuerte, con la nominación de Carlos Melconian como ministro de Economía, podría dar un paso en falso si elige descalificar la dolarización con demasiada vehemencia, teniendo en cuenta que ya más de un tercio de su propio electorado mira al billete verde con cariño.
 
¿Podría Patricia Bullrich reconfortar a sus propios “dolarizadores” sacando a Melconian a la cancha como estrategia central de la campaña electoral por la presidencia? “Estamos en conversaciones avanzadas para integrar equipos”, dice uno de los voceros de la candidata sobre los celos y las pujas entre “el armenio” y el principal referente económico del bullrichismo, Luciano Laspina, que demoran el anuncio.
 
La encuesta de FGA estaría indicando que Patricia Bullrich está obligada a mover rápido sus fichas si aspira a fidelizar el tercio “dolarizador” entre sus propios votantes. Desde las filas bullrichistas, aseguran que “Melconian está adentro”, pero el anuncio oficial se puede terminar pareciendo a la llegada a Campo de Mayo de las columnas de tanques del general Alais en el planteo militar de Semana Santa al presidente Raúl Alfonsin en 1987: los tanques avanzaban desde Rosario cada vez más lentamente con tal de no llegar a destino y así evitar enfrentar a los sublevados del coronel Aldo Rico.


 

 
Carlos Melconian es hoy el presidente de la Fundación Mediterránea, el mismo think tank cordobés que entronizó en los 90 a Domingo Cavallo como “superministro” de Carlos Menem cuando transitaba su segunda ola de hiperinflación.
 
El padre de la convertibilidad del peso con el dólar requirió todos los resortes económicos más otras áreas que antes de su llegada eran ministerios o secretarías independientes del Palacio de Hacienda: el Banco Central y las carteras de Trabajo, Transporte, Energía y Obras Públicas. Todo terminó bajo la órbita de “El Mingo”, y Melconian no se quiere quedar atrás, porque entiende que su plan económico requerirá una orquestación muy grande bajo su batuta para tener éxito. Algunas fuentes afirman que el armenio hasta ambiciona poner al hombre que maneje el ministerio del Interior, para negociar las partidas de fondos con los gobernadores con mejor muñeca.
 
La economía en el centro de la escena
No solo la de FGA: todas las encuestas de todos los encuestadores de todos los colores políticos ubican a la economía muy por encima de las preocupaciones del electorado. La seguridad, especialidad de la exministra de Mauricio Macri, viene en segundo puesto, pero muy lejos de las preocupaciones económicas de los argentinos, que crecen al ritmo de la inflación.
 
Si Bullrich no lograra generar expectativas con su propuesta económica, corre el riesgo de quedar afuera de la pelea en un casi seguro balotaje en noviembre. ¿Podría delegar en un economista “estrella”, como Melconian, el principal capítulo de la campaña electoral que es la economía?
 
A diferencia de Menem en 1989, que no tenía competencia política luego del mal final del gobierno radical de Raúl Alfonsín y tuvo tiempo de probar varios planes económicos y ministros hasta dar con Cavallo, Patricia Bullrich tiene que asegurarse un lugar en la segunda vuelta si aspira a la presidencia.
 
Melconian no es un hueso fácil de roer para un candidato presidencial. Mauricio Macri lo tenía como principal referente económico hasta que llegó a la Presidencia, en 2015, y terminó sorprendiendo mandando al armenio de “penitencia” al Banco Nación y degradando al ministerio de Economía a una más limitada cartera de Hacienda y poniendo al frente a Alfonso Prat Gay.
 
El ingeniero argumentaba por entonces que Melconian podía ser una dosis demasiado fuerte para sus socios más socialdemócratas del radicalismo y la Coalición Cívica y que Prat Gay era “más potable”.
 
Pero también es cierto que Melconian le generaba al expresidente inconfesables conflictos “de cartel”: entre Carlos Melconian y los medios de comunicación hay un amor correspondido. Hijo de un zapatero, hincha fanático de Racing, a cada paso recuerda que nació con el olor de las curtiembres de Valentín Alsina.
 
Ningún economista logra explicar la economía en un tono tan “arrabalero” y llano como “el armenio”. Melconian “se come” las cámaras de TV y los micrófonos de las radios.
 
Pero así como el jefe de la Fundación Mediterránea puede ser el contrapunto ideal para el carismático y vehemente economista melenudo, también puede despertar celos en cualquier presidente con pocas ganas de ceder su protagonismo estelar.
 
Es en esa competencia de cartel donde se encuentra una explicación más cabal de por qué Macri no lo quiso inicialmente de ministro de Economía, y -ya en la debacle final de su gobierno- cuando lo fue a buscar con la cabeza gacha para ofrecerle el cargo, el armenio dijo ante todos los micrófonos: “No puedo aceptar porque mi esposa no me lo permitiría”.
 
Soldado que huye sirve para otra batalla. El puesto fue para Hernán Lacunza, ministro de Economía de la provincia bajo María Eugenia Vidal.
 
La encuesta de FGA no solo tiene para Bullrich una alerta amarilla en el tema dolarización. El psicólogo González pregunta a los encuestados qué sentimientos les generaría si al final fueran a un balotaje Milei con Sergio Massa, con Patricia Bullrich fuera del duelo final: las sensaciones positivas superan ligeramente a las negativas.
 
 

Publicado en TN.com.ar
 

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