Especulación y especuladores

Luis Salmain
Comisión de Economía de la UCEDE.
Realmente resulta hartante la discusión,
tipificación y argumentaciones que se hacen alrededor del tema de la
especulación y de los supuestos villanos que la ejercen, los especuladores.
En general:
En forma simple, alguien intentó definir la
diferencia entre inversor y especulador
de la siguiente forma: Inversor sería el que invierte el 100% de un
capital para obtener un 10%, mientras el especulador invierte un 10% de su
capital para obtener el 100% sobre lo invertido.
Vemos que esa definición simplista deja claro
que nada tiene que ver en la calificación ética de una persona su posición
respecto de cómo coloca sus ahorros. Esa decisión la toma ejerciendo su derecho
de propiedad, participando con fondos ganados y ahorrados genuinamente,
asumiendo los riesgos que quiere voluntariamente asumir y participando en un
mercado libre.
En todos los mercados desarrollados, se
considera a la especulación como un aporte positivo al funcionamiento de esos
mercados. Esto es así en los mercados más grandes del planeta por ej. los de
bonos y los de commodities. En estos últimos son los intervinientes como
especuladores los que hacen mercado para que los productores se cubran en sus
operaciones a futuro. Es decir, lo productores que intervienen en un mercado,
como el de contrato de futuros, lo hacen para transferir riesgos que asumen los
especuladores a cambio de una expectativa de una ganancia. Sin la participación
de los especuladores pudiéramos arriesgar que algunos mercados no existirían.
Yendo ahora al tema de actualidad:
¿Cuál sería la diferenciación entre una
persona que compra una acción de una compañía con dificultades en una bolsa a
muy bajo precio y otra que compra, de la misma compañía emisora, un bono con un
renta fija, también a un precio bajísimo?
¿Se trata el primero de un inversor y el
segundo de un especulador?
Cuando la compañía tenga que afrontar el pago
de su obligación con interés fijo ¿se opondrá al pago aduciendo que el que
reclama compró a un muy bajo precio? La misma actitud reticente tendrá frente
al accionista que espera recibir dividendos?
¿No se da cuenta ese emisor (que lo único que
demuestra es que es un mal pagador) que el bono fue comprado en el mercado y no
a él, y que el ridículo precio que recibió el vendedor se debe a su desgraciada
gestión de mal pagador?
¿No se da cuenta ese emisor que lo que espera
el comprador es que se respeten las condiciones de emisión? El emisor recibió
el total del capital suscripto en oportunidad de la emisión; no debe importarle
cuánto pagó el actual tenedor del bono que le reclama el pago. En todo caso, si
considera que se desprendió del bono por un precio ridículo, acusando de
“buitre” al comprador, es porque él no ofreció una mejor alternativa convirtiéndose
así, bajo su óptica, en más despreciable que el llamado “buitre”.
El hipotético inversor en la acción devaluadaestá
corriendo el riesgo de que la compañía no genere utilidades y, por lo tanto, no
pague dividendos y el segundo corre el riesgo de que la compañía no honre el
pago de los intereses a que se comprometió o no pague el capital al vencimiento.
¿Es tan difícil ver? que en ambos casos los compradores invierten,
arriesgan o como quiera llamarse, su ahorro. Al decir arriesgan se entiende que
asumen una cuota de riesgo. En un mercado libre hay vendedores deseosos de
desprenderse de su participación a un determinado precio.
Si ambas partes se ponen de acuerdo y se
concreta la transacción es porque el vendedor prefiere ingresar de inmediato un
monto cierto y no esperar a recibir un monto mayor, incierto, en el futuro.
El comprador también concreta al precio que
considera que la utilidad esperada compensa el riesgo de la operación.
Esto que es tan simple, a nivel académico fue
aclarado, estudiado y difundido por los economistas que revitalizaron la teoría
subjetiva del valor y el concepto de utilidad marginal, iniciadores de la
Escuela Austríaca de Economía.
La lamentable realidad en relación a este
tema es:
El gobierno actual tiene una posición
insostenible desde lo razonable, tratando de justificar su deseo de no pagar,
chicanear, etc.
Utiliza como argumento cuestionar la validez
del derecho que tienen los acreedores.
Finca la validez de ese derecho de los
acreedores en el valor al que se compraronlos títulos en el mercado, aplicable
a los que compraron sus tenencias a los suscriptores originales.
No se entiende cuál es el argumento para cuestionar a los compradores originales que
no entraron en el canje.
A todos (“buitres” y los que no entraron en
el canje) se los considera apátridas, traidores, usureros, etc. cuando el
problema se origina en que se estafóa los inversores, y se pretende seguir esa
posición.Nadie estaría calificando a los ahorristas
originales o secundarios si el deudor pagará lo que se comprometió.
Se tiene la ridícula y presuntuosa pretensión
de cuestionar el sistema judicial, financiero y económico internacional cuando
no solo hemos perdido peso a nivel internacional sino que estamos evidenciando
una lamentable decadencia interna tanto en lo económico como en lo jurídico.
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